martes, 2 de abril de 2024

Crítica: Lisa Frankenstein (2024)

Película dirigida por Zelda Williams, cuyo guión fue escrito por Diablo Cody. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a inicios de febrero y posteriormente hizo lo propio en VOD el pasado 27 febrero, mientras que su salida en formato físico está programada para el 10 de abril.

Sinopsis:

Es el año 1989 y Lisa (Kathryn Newton) es una chica adolescente que tiene problemas para adaptarse a su nueva vida tras la muerte de su madre. Pasando mucho tiempo en el cementerio hablando con la tumba de un joven Victoriano que murió en 1837 y que, para su sorpresa, tras una noche de truenos revive como zombie.


Comentarios generales:

Mentiría si dijera que soy fan de Diablo Cody, realmente nunca he podido conectar con sus guiones y su único acercamiento al género (Jennifer’s Body) me pareció terrible. Sin embargo, siempre estoy abierto a ver cosas que tengan que ver con el terror independientemente de las personas involucradas y la verdad es que Lisa Frankenstein parecía tener potencial para dejar una buena marca, aunque al final se quedó lejos de lograrlo.

Ya que lo traído por Zelda Williams es una comedia de terror que se queda corta en ambos frentes al contarnos una historia que en general sigue una línea básica de comedia adolescente que al inicio resalta gracias a la propia rareza de Lisa y la relación que mantiene con su hermanastra Taffy, la cual ayuda a crear un contraste de personalidades interesante y sirve como una vía rápida para entender el contexto familiar que se vive. Logrando así que los primeros 20/25minutos fluyan sin demasiados contratiempos e incluso el humor un tanto bobo funcione de manera conveniente para los propósitos más básicos de la trama.

Lo malo es que una vez que se integra al zombie las cosas no presentan un cambio radical en cuanto a la dinámica general y su presencia por momentos es más de mero adorno que otra cosa, eso mientras nuestra protagonista va sufriendo un cambio de personalidad que se siente demasiado forzado por la manera en que este es provocado. Algo que claramente está pensado para ir incrementando de a poco el nivel de violencia e ir añadiendo algunas muertes que justifiquen el lado del terror, pero que resultan tan poco impactantes que la verdad no aportan nada particularmente relevante mientras también se va desarrollando un tema amoroso que, como varios aspectos de esta película, solo está ahí porque si.

Dejándonos así con una parte final que debe de tratar de solucionar varios problemas y en su intento por lograrlo solo ocasiona que todo se sienta acelerado. Simplemente no se le da tiempo a nada para que se desarrolle de buena forma, aunque por lo menos se puede obtener cierto cierre “emotivo” con las propias hermanas para que el desenlace no se sienta tan vacío.

En cuanto a las actuaciones Kathryn Newton lo hace bien, no es un papel tan extremo como uno pensaría pero en general cumple con su dosis de locura obligatoria. Mientras que Liza Soberano (Taffy) resulta ser un buen contrapeso para ella con un personaje totalmente opuesto que incluso por momentos es más agradable que la propia Lisa.

Sobre la producción hay que decir que nos topamos con una buena factura: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte está bien cuidada, el score es sólido, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos no son nada espectaculares y la labor de maquillaje es de buena calidad.

Opinión final: Lisa Frankenstein está pasable. Honestamente no me terminó de convencer, pero a lo mejor con un público más joven sea distinto.

Ojometro:
***

viernes, 29 de marzo de 2024

Crítica: Vermines (2023)

Producción francesa dirigida por Sébastien Vanicek, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Florent Bernard. Se estrenó en cines dentro de Francia a finales de diciembre del año pasado, mientras que hizo lo propio en México el 21 de marzo; recaudando hasta la fecha $2.03 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Kaleb (Théo Christine) es un apasionado de los animales exóticos y un día adquiere una peculiar araña venenosa que se le termina escapando. Iniciando con ello una verdadera pesadilla para él y todos los vecinos dentro del edificio en el que vive.


Comentarios generales:

Las arañas pertenecen al grupo de animales que históricamente siempre han estado ligados al cine de terror y películas como “Tarantula”, “Arachnophobia” o la divertidísima “Eight Legged Freaks” se encargaron de posicionarlas manera interesante ante los ojos de los fans en distintas épocas. Sin embargo, con el pasar del tiempo han ido quedando un poco olvidadas y los contados intentos por darles nuevamente algo de relevancia no han sido tan efectivos, pero probablemente Vermines pueda cambiar eso.

Y es que lo traído por Vanicek es de esos trabajos que tienen perfectamente claro cuál es su propósito y las fortalezas con las que cuenta para poder alcanzarlo, incluso si durante el primer acto no es tan evidente. Más que nada porque está completamente destinado a presentar a un grupo de personajes bastante ruidosos con los que es complicado poder involucrarse de inicio, pero que definen perfectamente el ambiente que se vive en ese edificio y la compleja dinámica en la que están involucrados que hace del lugar el escenario ideal para la evolución de una amenaza que parece ser un tanto ridícula.

Obvio con lo anterior el ritmo no resulta ser el más atractivo porque las acciones tardan un poco en explotar, aunque una vez que se empieza a mostrar lo peligrosas que son las arañas este cambia de golpe y no vuelve a retroceder en lo que resta del metraje.

Sobre todo porque el director tiene la capacidad para mantenerte siempre expectante al momento de utilizar a las criaturas de diversas formas, ya sea bajo circunstancias que cualquiera de nosotros ha podido experimentar cuando nos aparecen de la nada en nuestros hogares o por medio de situaciones mucho más exageradas cuyo propósito es añadir el shock necesario con el que se logra generar una sensación de peligro elevada y además un tono mucho más oscuro del que pudieras esperar al estar complementado con un poco de crítica sobre cómo las autoridades están dispuestas a sacrificar a los más indefensos en la sociedad para evitar una catástrofe mayor.

Llevándonos así por varios momentos muy bien logrados que cumplen totalmente con el propósito de ir mostrando la evolución de las arañas y la propia relación de los personajes bajo unas buenas dosis de acción. Las cuales llegan a su punto más alto justo con una parte final en la que se suelta todo el despliegue de efectos para lograr un desenlace muy efectivo en el que se juega con la idea de que los propios humanos son igual de peligrosos e impredecibles que los arácnidos.

Sobre las actuaciones hay que decir que son correctas en general, siendo tal vez el propio Théo Christine el más flojo de todos porque realmente tiene complicaciones al momento de mostrar un mayor rango emocional cuando es necesario. Mientras que en producción tenemos cosas para destacar: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score cumple, el trabajo de sonido es impecable, los efectos son bastante buenos y la labor de maquillaje resulta efectiva.

Opinión final: Vermines me gustó. Una grata sorpresa no apta para aracnofóbicos que sabe perfectamente qué es lo que quiere.

Ojometro:
****

martes, 26 de marzo de 2024

Crítica: Ghostbusters: Frozen Empire (2024)

Película dirigida por Gil Kenan (Poltergeist), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Jason Reitman. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 22 de marzo, recaudando hasta la fecha $61.4 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Cuando el descubrimiento de un antiguo artefacto libera a una poderosa fuerza del mal, la nueva y la antigua generación de los Ghostbusters tendrán que unir fuerzas para proteger su hogar y salvar al mundo de una segunda Edad de Hielo.


Comentarios generales:

“Ghostbusters: Afterlife” representó un regreso más que satisfactorio para una franquicia que durante años estuvo olvidada a pesar de tratarse de uno de los grandes fenómenos de la cultura pop en los 80s, así que era lógico que hicieran una secuela. Aunque el hecho de que no regresara Jason Reitman tras la cámara era una preocupación dado que él parecía ser el principal motor de todo esto y creo que con Frozen Empire queda un poco en evidencia.

Y es que aunque lo presentado por Kenan no es malo, si te deja con la sensación de que a este le falta una mayor comprensión sobre lo que verdaderamente quieren ver los fans, ya que al traernos una historia que se centra en el salto a la adolescencia de Phoebe Spengler hace que el tono sea mucho más serio del que debería y de paso hace que gran parte del numeroso elenco quede algo relegado. Sobre todo durante una primera mitad en la que sin duda vemos algunos buenos momentos que funcionan porque recurren a la nostalgia de manera bien pensada, pero de a poco van resultando insuficientes para que la problemática central se sienta lo suficientemente relevante y a gran escala.

Siendo esto un problema porque realmente nunca se manifiesta un nivel de urgencia importante que justifique la presencia de todos los Ghostbusters, a los cuales se les trata de brindar pantalla por medio de fragmentos rodeados de un humor que a veces funciona y otras no. Provocando con esto que el ritmo no sea tan ágil como uno esperaría, pero también hay que reconocer que conforme se van uniendo las piezas durante la segunda mitad este va mejorando porque el tono serio del inicio ya no resulta tan predominante y así se le da paso a la acción que trae consigo elementos característicos de la franquicia con los que se puede explotar el tema apocalíptico por medio de un mayor espectáculo visual.

Lo cual roza su punto más alto durante una parte final que es bastante entretenida en términos generales. Especialmente porque ahora si la amenaza resulta imponente y se logra obtener un balance adecuado entre las generaciones para construir un enfrentamiento con su buena dosis de espectacularidad y nostalgia, dejándonos así un desenlace satisfactorio que definitivamente prepara el escenario para una tercera entrega.

En cuanto a las actuaciones no hay mucha diferencia a lo visto anteriormente, aunque Mckenna Grace y Paul Rudd claramente toman un rol todavía más relevante. Mientras que en producción tenemos nuevamente una factura de primer nivel: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score resulta agradable, el trabajo de sonido es espectacular, los efectos son de gran calidad y la labor de maquillaje cumple.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Ghostbusters: Frozen Empire está entretenida. Secuela en la que no todo funciona, pero te hace pasar un rato agradable.

Ojometro:
*** 

viernes, 22 de marzo de 2024

Crítica: Imaginary (2024)

Película dirigida por Jeff Wadlow (Truth or Dare, Fantasy Island), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Greg Erb y Jason Oremland. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 8 de marzo y en México hizo lo propio el pasado 14 de marzo, recaudando hasta la fecha $23.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Cuando Jessica (DeWanda Wise) se muda con su nueva familia a la casa de su infancia, su pequeña hijastra empieza a hablar con un amigo imaginario ligado a un osito de peluche. Aunque con el pasar de los días su extraño comportamiento empezará a ser motivo de preocupación.


Comentarios generales:

Probablemente Imaginary haya sido una de las películas que más expectativas generó dentro del cine de terror en estos primeros meses de 2024, no solo por tratarse de una producción de Blumhouse, sino porque su concepto en general resultó ser muy mercadeable. Eso daba buenas sensaciones, pero cuando vi quién era el director rápidamente sabía que debía de bajar mis expectativas dado a que suele ser el encargado de los proyectos más genéricos del estudio y tristemente este no ha sido la excepción.

Ya que aunque Wadlow en esta ocasión nos ofrece algo mejor que sus dos anteriores propuestas, la verdad es que sigue sufriendo al momento de poder redondear sus ideas sin caer en lo absurdo. Lo cual es una pena porque aquí tenemos una historia que durante el primer acto logra proponer una situación interesante por medio de un concepto simple para ir construyendo vínculos entre los personajes que hacen que el tema del amigo imaginario encaje a la perfección y además contenga el misterio suficiente en lo que respecta a lo que hay detrás del oso de peluche.

El problema es que una vez que se plantea esto las cosas no se desarrollan de una manera que vaya incrementando el nivel de tensión ante el comportamiento de la hijastra y poco a poco las cosas empiezan a estar rodeadas de una pesadez notoria que, para colmo, se magnifica conforme le dan vueltas a lo mismo una y otra vez. Esperando a que sea una relevación que involucra a Jessica la que pueda solucionar todos los problemas y por ciertos lapsos lo consiguen dado a que una vez que se expone eso entramos a territorios más fantasiosos que indudablemente cambian la dinámica, sin importar que para conseguirlo tengan que ir presentando ciertas situaciones que no resultan tan convincentes.

Algo que la parte final termina resintiendo porque todo lo que ocurre se siente forzado y con soluciones demasiado rebuscadas. Sin embargo, también hay que decir que por lo menos en esta parte las dosis de acción se incrementan y por lo consiguiente la intensidad es la necesaria como para ofrecer un desenlace entretenido.

Las actuaciones no las encontré tan malas; de hecho, DeWanda Wise creo que hace un trabajo adecuado en cuanto al nivel emocional y eso ayuda a solventar bastantes cosas. Mientras que en producción tenemos una buena factura en general: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score cumple, el trabajo de sonido es limpio, los efectos no están mal y la labor de maquillaje es discreta.

Opinión final: Imaginary está pasable. Película con algunas cosas interesantes para perder el tiempo cuando salga en streaming.

Ojometro:
***