viernes, 29 de marzo de 2024

Crítica: Vermines (2023)

Producción francesa dirigida por Sébastien Vanicek, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Florent Bernard. Se estrenó en cines dentro de Francia a finales de diciembre del año pasado, mientras que hizo lo propio en México el 21 de marzo; recaudando hasta la fecha $2.03 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Kaleb (Théo Christine) es un apasionado de los animales exóticos y un día adquiere una peculiar araña venenosa que se le termina escapando. Iniciando con ello una verdadera pesadilla para él y todos los vecinos dentro del edificio en el que vive.


Comentarios generales:

Las arañas pertenecen al grupo de animales que históricamente siempre han estado ligados al cine de terror y películas como “Tarantula”, “Arachnophobia” o la divertidísima “Eight Legged Freaks” se encargaron de posicionarlas manera interesante ante los ojos de los fans en distintas épocas. Sin embargo, con el pasar del tiempo han ido quedando un poco olvidadas y los contados intentos por darles nuevamente algo de relevancia no han sido tan efectivos, pero probablemente Vermines pueda cambiar eso.

Y es que lo traído por Vanicek es de esos trabajos que tienen perfectamente claro cuál es su propósito y las fortalezas con las que cuenta para poder alcanzarlo, incluso si durante el primer acto no es tan evidente. Más que nada porque está completamente destinado a presentar a un grupo de personajes bastante ruidosos con los que es complicado poder involucrarse de inicio, pero que definen perfectamente el ambiente que se vive en ese edificio y la compleja dinámica en la que están involucrados que hace del lugar el escenario ideal para la evolución de una amenaza que parece ser un tanto ridícula.

Obvio con lo anterior el ritmo no resulta ser el más atractivo porque las acciones tardan un poco en explotar, aunque una vez que se empieza a mostrar lo peligrosas que son las arañas este cambia de golpe y no vuelve a retroceder en lo que resta del metraje.

Sobre todo porque el director tiene la capacidad para mantenerte siempre expectante al momento de utilizar a las criaturas de diversas formas, ya sea bajo circunstancias que cualquiera de nosotros ha podido experimentar cuando nos aparecen de la nada en nuestros hogares o por medio de situaciones mucho más exageradas cuyo propósito es añadir el shock necesario con el que se logra generar una sensación de peligro elevada y además un tono mucho más oscuro del que pudieras esperar al estar complementado con un poco de crítica sobre cómo las autoridades están dispuestas a sacrificar a los más indefensos en la sociedad para evitar una catástrofe mayor.

Llevándonos así por varios momentos muy bien logrados que cumplen totalmente con el propósito de ir mostrando la evolución de las arañas y la propia relación de los personajes bajo unas buenas dosis de acción. Las cuales llegan a su punto más alto justo con una parte final en la que se suelta todo el despliegue de efectos para lograr un desenlace muy efectivo en el que se juega con la idea de que los propios humanos son igual de peligrosos e impredecibles que los arácnidos.

Sobre las actuaciones hay que decir que son correctas en general, siendo tal vez el propio Théo Christine el más flojo de todos porque realmente tiene complicaciones al momento de mostrar un mayor rango emocional cuando es necesario. Mientras que en producción tenemos cosas para destacar: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score cumple, el trabajo de sonido es impecable, los efectos son bastante buenos y la labor de maquillaje resulta efectiva.

Opinión final: Vermines me gustó. Una grata sorpresa no apta para aracnofóbicos que sabe perfectamente qué es lo que quiere.

Ojometro:
****

martes, 26 de marzo de 2024

Crítica: Ghostbusters: Frozen Empire (2024)

Película dirigida por Gil Kenan (Poltergeist), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Jason Reitman. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 22 de marzo, recaudando hasta la fecha $61.4 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Cuando el descubrimiento de un antiguo artefacto libera a una poderosa fuerza del mal, la nueva y la antigua generación de los Ghostbusters tendrán que unir fuerzas para proteger su hogar y salvar al mundo de una segunda Edad de Hielo.


Comentarios generales:

“Ghostbusters: Afterlife” representó un regreso más que satisfactorio para una franquicia que durante años estuvo olvidada a pesar de tratarse de uno de los grandes fenómenos de la cultura pop en los 80s, así que era lógico que hicieran una secuela. Aunque el hecho de que no regresara Jason Reitman tras la cámara era una preocupación dado que él parecía ser el principal motor de todo esto y creo que con Frozen Empire queda un poco en evidencia.

Y es que aunque lo presentado por Kenan no es malo, si te deja con la sensación de que a este le falta una mayor comprensión sobre lo que verdaderamente quieren ver los fans, ya que al traernos una historia que se centra en el salto a la adolescencia de Phoebe Spengler hace que el tono sea mucho más serio del que debería y de paso hace que gran parte del numeroso elenco quede algo relegado. Sobre todo durante una primera mitad en la que sin duda vemos algunos buenos momentos que funcionan porque recurren a la nostalgia de manera bien pensada, pero de a poco van resultando insuficientes para que la problemática central se sienta lo suficientemente relevante y a gran escala.

Siendo esto un problema porque realmente nunca se manifiesta un nivel de urgencia importante que justifique la presencia de todos los Ghostbusters, a los cuales se les trata de brindar pantalla por medio de fragmentos rodeados de un humor que a veces funciona y otras no. Provocando con esto que el ritmo no sea tan ágil como uno esperaría, pero también hay que reconocer que conforme se van uniendo las piezas durante la segunda mitad este va mejorando porque el tono serio del inicio ya no resulta tan predominante y así se le da paso a la acción que trae consigo elementos característicos de la franquicia con los que se puede explotar el tema apocalíptico por medio de un mayor espectáculo visual.

Lo cual roza su punto más alto durante una parte final que es bastante entretenida en términos generales. Especialmente porque ahora si la amenaza resulta imponente y se logra obtener un balance adecuado entre las generaciones para construir un enfrentamiento con su buena dosis de espectacularidad y nostalgia, dejándonos así un desenlace satisfactorio que definitivamente prepara el escenario para una tercera entrega.

En cuanto a las actuaciones no hay mucha diferencia a lo visto anteriormente, aunque Mckenna Grace y Paul Rudd claramente toman un rol todavía más relevante. Mientras que en producción tenemos nuevamente una factura de primer nivel: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score resulta agradable, el trabajo de sonido es espectacular, los efectos son de gran calidad y la labor de maquillaje cumple.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Ghostbusters: Frozen Empire está entretenida. Secuela en la que no todo funciona, pero te hace pasar un rato agradable.

Ojometro:
*** 

viernes, 22 de marzo de 2024

Crítica: Imaginary (2024)

Película dirigida por Jeff Wadlow (Truth or Dare, Fantasy Island), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Greg Erb y Jason Oremland. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 8 de marzo y en México hizo lo propio el pasado 14 de marzo, recaudando hasta la fecha $23.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Cuando Jessica (DeWanda Wise) se muda con su nueva familia a la casa de su infancia, su pequeña hijastra empieza a hablar con un amigo imaginario ligado a un osito de peluche. Aunque con el pasar de los días su extraño comportamiento empezará a ser motivo de preocupación.


Comentarios generales:

Probablemente Imaginary haya sido una de las películas que más expectativas generó dentro del cine de terror en estos primeros meses de 2024, no solo por tratarse de una producción de Blumhouse, sino porque su concepto en general resultó ser muy mercadeable. Eso daba buenas sensaciones, pero cuando vi quién era el director rápidamente sabía que debía de bajar mis expectativas dado a que suele ser el encargado de los proyectos más genéricos del estudio y tristemente este no ha sido la excepción.

Ya que aunque Wadlow en esta ocasión nos ofrece algo mejor que sus dos anteriores propuestas, la verdad es que sigue sufriendo al momento de poder redondear sus ideas sin caer en lo absurdo. Lo cual es una pena porque aquí tenemos una historia que durante el primer acto logra proponer una situación interesante por medio de un concepto simple para ir construyendo vínculos entre los personajes que hacen que el tema del amigo imaginario encaje a la perfección y además contenga el misterio suficiente en lo que respecta a lo que hay detrás del oso de peluche.

El problema es que una vez que se plantea esto las cosas no se desarrollan de una manera que vaya incrementando el nivel de tensión ante el comportamiento de la hijastra y poco a poco las cosas empiezan a estar rodeadas de una pesadez notoria que, para colmo, se magnifica conforme le dan vueltas a lo mismo una y otra vez. Esperando a que sea una relevación que involucra a Jessica la que pueda solucionar todos los problemas y por ciertos lapsos lo consiguen dado a que una vez que se expone eso entramos a territorios más fantasiosos que indudablemente cambian la dinámica, sin importar que para conseguirlo tengan que ir presentando ciertas situaciones que no resultan tan convincentes.

Algo que la parte final termina resintiendo porque todo lo que ocurre se siente forzado y con soluciones demasiado rebuscadas. Sin embargo, también hay que decir que por lo menos en esta parte las dosis de acción se incrementan y por lo consiguiente la intensidad es la necesaria como para ofrecer un desenlace entretenido.

Las actuaciones no las encontré tan malas; de hecho, DeWanda Wise creo que hace un trabajo adecuado en cuanto al nivel emocional y eso ayuda a solventar bastantes cosas. Mientras que en producción tenemos una buena factura en general: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score cumple, el trabajo de sonido es limpio, los efectos no están mal y la labor de maquillaje es discreta.

Opinión final: Imaginary está pasable. Película con algunas cosas interesantes para perder el tiempo cuando salga en streaming.

Ojometro:
***

martes, 19 de marzo de 2024

Crítica: Prey for the Bride (2024)

Película dirigida por Dany J. Boyle (The Man with My Husband’s Face) y escrita por Bryan Dick. Se estrenó el pasado 16 de febrero directamente en Tubi, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Un grupo de damas de honor viajan a Napa para una despedida de soltera, aunque estando ahí se encontrarán en gran peligro cuando un hombre con máscara de lobo empieza a asecharlas.


Comentarios generales:

Si hay algo que reconocerle a Tubi es su persistencia debido a que actualmente ninguna otra plataforma de streaming produce tantas películas de terror como ellos. Obvio la mayoría con una calidad muy cuestionable que vuelve casi imposible recomendarlas, pero en algún punto esa perseverancia les iba a tener que dar resultados decentes y creo que con Prey for the Bride es la primera vez que lo logran.

Ya que lo traído por Boyle es un slasher bien hecho que no tiene pretensiones demasiado altas y eso ayuda muchísimo a que su historia funcione a pesar de que no propone nada nuevo e incluso carece de grandes cantidades de sangre o muertes llamativas. Apegándose al librito desde un primer acto que inicia como debe y luego opta por una construcción un tanto pausada para presentar a un grupo de amigas que al no ser las típicas adolescentes pueden ofrecer un poco más de profundidad a los personajes, implantando rápidamente la duda sobre si ellas tuvieron algo que ver con el problema que se les vendrá más adelante y por lo mismo haciendo que el misterio en si resulte por lo menos interesante desde temprano.

Desarrollándose todo de una manera bastante simple y clara, aunque también hay que decir que al entrar al segundo acto las cosas se tambalean un poco debido a que la presencia constante del asesino tarda en darse y las muertes para ir exponiendo su peligrosidad no son precisamente algo para recordar. Sin embargo, una vez que se entra a la dinámica de riesgo constante se vuelve a encontrar un cierto nivel de estabilidad que permite ir construyendo escenas efectivas que poco a poco exponen las mentiras que rodean al grupo para ir generando tensión desde varios frentes y así mantener oculta durante el mayor tiempo posible la identidad del asesino.

Lo cual ayuda a que el interés se mantenga intacto para llegar a una parte final que en general es entretenida por la intensidad que maneja. Logrando con esto que la revelación definitiva funcione mucho mejor de lo esperado y con ello el desenlace pueda plantear una disyuntiva que es difícil de ver en un slasher actualmente.

Las actuaciones están bien, hay una buena química entre el elenco y eso ayuda a que funcione la mayoría de las cosas que intentan. Mientras que en producción tenemos una factura cuidada: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es básica, el score no resalta demasiado, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje discreta.

Opinión final: Prey for the Bride está aceptable. Slasher competente que es sin duda de lo mejorcito que ha producido Tubi.

Ojometro:
***