jueves, 31 de enero de 2013

Crítica: American Mary (2013)


Segundo largometraje de las hermanas Jen y Sylvia Soska (Dead Hooker in a Trunk). Estuvo rondando por varios festivales durante el 2012 y fue lanzada directamente en DVD y Blu-ray el pasado 21 de enero en el Reino Unido.

Sinopsis:

Mary (Katharine Isabelle) es una aspirante a cirujana que pasa por problemas económicos y acude al internet para buscar ofertas de trabajo, donde encuentra uno que ofrece buena paga. Esto será el inicio de algo que la llevará a hacer ciertas cirugías que nunca hubiera imaginado y que, junto con un suceso perturbador, poco a poco empujarán su estado mental y creativo al límite.



Comentarios generales: 

The Soska Sisters definitivamente se alzan dentro de los nuevos talentos más interesantes del género con su segunda película, ya que American Mary bien podría haberse ido por el camino fácil de la tortura sin sentido tipo Hostel, pero en lugar de eso prefieren contarnos una historia mucho más compleja con cierto humor negro.

Si bien hay sangre y tortura, esto realmente nunca es el punto central y uno como espectador se ve inmiscuido en un tipo de ejercicio sobre cómo se juzga a las demás personas tan fácilmente solo por su imagen, En conjunto con una atmósfera atrapante llena de elegancia.

Katharine Isabelle está fenomenal; no solo se la pasa derramando sensualidad durante hora y media, sino que además resulta sumamente convincente en su deterioro mental, siendo ella básicamente quien lleva el peso de la película con alguna que otra intervención mínima de los secundarios (la aparición de las Soska es bastante buena). En producción cumple: tiene un soundtrack llamativo y un trabajo de fotografía muy sólido; así como una labor de maquillaje un tanto perturbadora en el caso de las "muñecas" de carne.

Opinión final: American Mary es una muy seria candidata para ser la mejor película del 2013. No sé si con el paso del tiempo pueda establecerse como un clásico como ya muchos la etiquetan, pero definitivamente dará mucho de qué hablar.

Ojometro:
*****

martes, 29 de enero de 2013

La triada de los vampiros (80s)


La década de los 80s significó un parteaguas para el género de terror en muchos aspectos, desde las historias hasta el aspecto técnico, lo cual sin duda la convierte probablemente en el periodo que muchos fanáticos más aprecian y añoran. Sin embargo, dentro de toda esta evolución y cambios hubo evidentemente algunos perjudicados, entre ellos un subgénero que durante mucho tiempo fue uno de sus bastiones absolutos: el de los vampiros.

Con la aparición de nuevos iconos como Jason Voorhees y Freddy Krueger, la creación de historias originales más violentas y la nueva oleada de películas de zombies (entre muchas otras cosas más) de pronto ver la típica historia de Drácula ya no era muy atractivo para la audiencia. Los cambios se daban muy rápido y esta clase de películas realmente no habían tenido gran evolución desde hacía ya muchos años atrás, por lo cual parecía que su estatus estaba destinado a desaparecer para siempre si no encontraba algún tipo de reinvención como lo había tenido el subgénero de hombres lobo con películas como An American Werewolf in London o The Howling a inicios de la década.

Evidentemente esto no fue sencillo; de hecho, tuvieron que pasar cinco años para esto se diera.

Y es que a partir de mediados de los 80s hubo un nuevo boom para la reinvención de los vampiros dentro del cine, lo cual nos trajo algo que a mí me gusta llamar “La triada de los vampiros”. Tres películas que tuvieron un impacto absoluto sin formar parte de una franquicia y que tenían enfoques totalmente diferentes, pero que siempre son ubicadas de manera conjunta y cualquiera que se diga fan del género sabe que marcaron la pauta para los chupasangre durante varios años.

Estas son: Fright Night, The Lost Boys y Near Dark. 

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Fright Night (1985)



Dirigida por el entonces debutante Tom Holland (quien años después filmaría Child’s Play).

Nos cuenta la historia de Charley (William Ragsdale), un adolescente que es fan de las antiguas películas de terror y principalmente de un programa de TV llamado “Fright Night”, el cual es protagonizado por el actor Peter Vincent (Roddy McDowall) en su papel de cazador de vampiros. Su vida marcha normal hasta que un día se muda junto a su casa un par de tipos muy extraños; uno de los cuales Charley averigua que es un vampiro, pero evidentemente nadie le cree.

Fright Night es una combinación de horror/comedia ochentera por excelencia, ya que toma casi todos los elementos clásicos de las películas de vampiros para ridiculizar a algunos y solidificar a otros.

No se toma ningún tipo de tiempo para explicar y glorificar el pasado del vampiro antagonista, sino que va al grano y básicamente a los 10 minutos uno ya sabe de lo que va la película sin ningún tipo de complicación. Aunque lo más destacado para mi es sin duda lo bien que ha envejecido, ya que probablemente pasaron casi 15 años desde que la vi por primera vez y, salvo por algunas cosas mínimas como el vestuario o el soundtrack, todo lo demás sigue funcionando.

Los únicos detalles que siempre me han fastidiado son el por qué Evil se convierte en lobo y la historia “romántica” entre el vampiro y Amy que al final es completamente olvidada, la cual te deja la sensación de que fue puesta ahí para poder cubrir la hora y media de duración porque al final no tiene ningún tipo influencia relevante. 

Ojometro: 
***

The Lost Boys (1987)



Dirigida por el hoy eternamente detestado Joel Schumacher.

Trata sobre Michael (Jason Patric) y Sam (Corey Haim), un par de hermanos quienes junto con su madre se mudan a la casa de su abuelo en California, donde Michael conoce a Star (Jami Gertz) y a un grupo de jóvenes liderados por David (Kiefer Sutherland) que resultan ser vampiros y quieren que se una a su clan. Mientras que Sam también conoce a un par de adolescentes de nombre Edgar (Corey Feldman) y Alan (Jamison Newlander), quienes resultan ser cazadores amateurs de vampiros y lo ayudarán a que esto no se de.

Mientras la película de arriba le tiraba más a la comedia que otra cosa, The Lost Boys la combina de manera muy efectiva con la acción; evidenciando así que su meta no es precisamente sacarte muchos sustos.

Aunque su punto fuerte sin duda es el casting al ser una mezcla de personalidades sumamente interesantes que en su mayoría sigue siendo muy reconocibles hoy en día y que le brindaban un aire juvenil absurdo muy peculiar: por un lado con un grupo de vampiros exageradísimos que se alejaban bastante del molde tétrico/misterioso característico y, por el otro, un trió de cazadores adolescentes que rayaban en lo ridículo con sus tácticas aprendidas mediante los cómics.

Su soundtrack es estupendo y en general visualmente es muy llamativa, a tal grado de que el paso de los años no le ha afectado en lo más mínimo (salvo por los ridículos peinados, claro está). Sin embargo, creo que su legado más importante es que no trata de hacer a un lado los orígenes del género, sino que los maneja de una manera más actual y los adapta a eso, algo que no ocurría mucho en aquel entonces y que hoy en día básicamente es la línea que siguen utilizando la mayoría de las producciones en lugar de regresar a los ostentosos orígenes que cimentaron la película de Lugosi y las de los estudios Hammer.

Es una película no solo esencial del género, sino de la década de los 80s en general.

Ojometro:
*****

Near Dark (1987)



Escrita y dirigida por la hoy multi galardonada Kathryn Bigelow.

Trata sobre Caleb Colton (Adrian Pasdar), un joven de un pequeño pueblo que una noche conoce a Mae (Jenny Wright) y rápidamente siente una gran atracción por ella, aunque lo único que recibe a cambio es una mordida en el cuello antes de que amanezca.  Esto lo hace sentir muy mal cuando se dirige rumbo a su casa y es raptado por un grupo de vampiros que inicialmente lo quieren matar, pero que gracias a Mae le ofrecen una semana de prueba con el fin de ver si es capaz de matar y alimentarse por su propia cuenta para poder unirse al grupo.

De las tres esta es mi favorita por mucho; de hecho, entra en mi top 10 de las mejores películas de vampiros de toda la historia.

Y es que a diferencia de Fright Night y The Lost Boys, aquí el tono cambia totalmente y el tema de los vampiros se trata de una manera mucho más fría y oscura; con una historia romántica de por medio sí, pero que nunca se vuelve melosa y es usada más que nada para mostrar la naturaleza asesina de estas criaturas. Además de que Bigelow no hace uso de la típica transformación, sino que simplemente los muestra como personas “normales” que realizan actos brutales para mantenerse con vida, lo cual da como resultado muchas escenas increíbles como la del bar o la de la balacera en el hotel.

Esta muy bien actuada; en especial Bill Paxton bajo el personaje de Severen y Lance Henriksen como Jesse Hooker se llevan las palmas. También ha aguantado el paso de los años, pero contrario a las otras dos, aquí realmente nada se nota viejo; de hecho, uno bien podría pensar que se filmó a mediados de los 90s o inicios de los 2000s sin ningún problema.

Ojometro:
*****

domingo, 27 de enero de 2013

Crítica: Silent Hill: Revelation 3D (2012)


Esperada secuela de la película del 2006 que está dirigida por Michael J. Bassett (Deathwatch) y basada principalmente en el videojuego Silent Hill 3. Fue estrenada en los Estados Unidos y México en Halloween del año pasado, recaudando hasta la fecha 50 millones de dólares a nivel mundial.

Sinopsis:

Después de lo ocurrido años atrás se nos revela que Rose (Radha Mitchell) contactó a Christopher (Sean Bean) desde Silent Hill a través de un espejo y se las ingenio para enviar a Sharon al mundo real con la ayuda de un amuleto, aunque ella no recuerda nada. Años después, ya como toda una adolescente, Sharon (Adelaide Clemens) y su padre asumen identidades falsas y se la pasan moviéndose de una ciudad a otra para que nunca puedan ser encontrados.



Comentarios generales: 

Bassett maneja una historia muy simple con varios cambios con respecto al videojuego que realmente no le hace nada complicado al espectador el seguirla, incluso cuando se cambia de realidades (de hecho, creo que sin haber visto la primera captarás todo rápidamente). Aunque su problema es que esa misma simpleza hace que la historia sea rebasada por lo visual y no produce realmente ningún momento de tensión importante, ni tampoco le aporta mucho a lo previamente contado. Vamos… ni siquiera hay alguna escena realmente impactante que se le compare por ejemplo a la de la iglesia en la primera Silent Hill.

En las actuaciones creo que Clemens hace un buen trabajo como Sharon, aunque la historia no desarrolla mucho al personaje como uno esperaría, mientras que la aparición de Malcolm McDowell es aplaudible. En producción es algo bastante impactante; como lo dije anteriormente, el aspecto visual es uno de sus puntos más fuertes y todo lo que involucra al pueblo está muy bien hecho; aunque en ciertas partes abusan del CGI. Las criaturas mostradas me agradaron, aunque me hubiera gustado ver más o por lo menos más tiempo a las que salen.

Opinión final: Después de ver varias críticas que la colocaban como una basura de proporciones inimaginables ciertamente no esperaba mucho, pero al final creo que Silent Hill Revelation es una película aceptable que la vas a ver una vez en tu vida y después la olvidarás hasta que la pasen en la TV.

Ojometro:
***

sábado, 26 de enero de 2013

Crítica: The Collection (2012)


Secuela de la película del 2009 The Collector, dirigida nuevamente por Marcus Dunstan. Tuvo un estreno comercial en Estados Unidos a finales de noviembre pasado y su salida en formato físico se tiene planeada para el próximo mes de marzo. 

Sinopsis:

Han pasado tres años desde el brutal ataque a la familia Chase y el coleccionista sigue siendo buscando por las autoridades sin éxito. Mientras tanto, una chica llamada Elena (Emma Fitzpatrick) asiste con un par de amigos a una fiesta que, para su mala fortuna, atrae la atención del famoso asesino y la captura.



Comentarios generales: 

Dunstan y Patrick Melton no niegan cual es su escuela y a diferencia de la primera película, donde todo era más intimo y compacto, aquí se van a lo grande utilizando elementos que ya conocen a la perfección por su trabajo en Saw, pero que mantienen un toque de originalidad aceptable.

Esta secuela simplemente no te deja descansar, ya que salvo por unos cinco minutos todo lo demás transcurre de manera ágil y sin tanto rodeo, lo cual afecta un poco a la historia inicial, pero que es bien complementado por muchas muertes llamativas (la escena de la fiesta es estupenda) y cierto humor involuntario.

Las actuaciones están bien; Stewart y Fitzpatrick cumplen en sus roles de victimas no tan estúpidas y el resto del elenco está ok durante el tiempo que aparecen. En cuanto a factura es bastante destacada; el diseño de producción es muy llamativo, los efectos de maquillaje y las escenas sangrientas están muy bien logrados (aunque un poco más suaves que en la primera) y cuenta con soundtrack atractivo que la ayuda mucho.

Opinión final: The Collection está a la par de su antecesora; sigue otra línea, pero ciertamente me pareció una película muy disfrutable. Evidentemente tiene mucho para comparar con Saw (aunque es mejor que prácticamente todas las secuelas de esta franquicia) y se sale un poco del tono de la original, pero aun así se siente fresca y vale bastante la pena.

Ojometro:
****