martes, 26 de enero de 2016

Crítica: The Veil (2016)


Película dirigida por Phil Joanou, cuyo guión fue escrito por Robert Ben Garant. Se estrenó directamente en Netflix el pasado 19 de enero dentro de los Estados Unidos y por lo que se sabe hasta el momento, solo estará disponible para dicho servicio y en formato digital en ciertas plataformas.

Sinopsis:

25 años después de la masacre conducida por el líder del culto Jim Jacobs (Thomas Jane), la única sobreviviente y un equipo de filmación regresan al lugar de los hechos para realizar un documental sobre lo que verdaderamente ocurrió ese día. Sin embargo, conforme su investigación avanza, lo que encontrarán es algo que va más allá de cualquier comportamiento conocido sobre cultos.



Comentarios generales:

Cuando se opta por lanzar una película directamente en Netflix por lo general hay dos opciones: se trata de una joya incomprendida o es una tan mala que la única manera para poder generar algo de dinero con esta es por medio de servicios con una gran base instalada. En el caso de The Veil lamentablemente fue lo segundo y aunque no creo que sea una atrocidad de esas grandes, la verdad si esperaba un poco más considerando los nombres involucrados.

Indiscutiblemente la historia los atrapará desde el primer instante debido a que, como suele ocurrir en películas sobre cultos, la cantidad de preguntas que se generan por querer saber los motivos que llevaron a dicha masacre son demasiadas y al añadirle la excusa del documental es claro que la mayoría de estas serán contestadas con el paso de los minutos. Algo que le da cierto margen de maniobra a Joanou para realizar un primer acto poco dinámico, donde apuesta más por una estupenda ambientación que le ayude a generar una atmósfera oscura y a establecer una conexión mucho más fuerte entre los dos personajes principales para así justificar la permanencia dentro de un lugar que a todas luces sigue siendo peligroso y extraño.

Lo malo es que pasados los 40 minutos las cosas se vuelven bastante tediosas, no solo porque se recurre a una cantidad absurda de sustos fáciles y muestran al equipo de filmación como unos completos buenos para nada, sino también porque el pasado del culto no resulta tan interesante. Realmente el personaje de Jim Jacobs no tiene carisma, es retratado más como un loco con look de Michael Hutchence y los motivos que hay detrás de sus acciones son un poco difíciles de digerir, esto a pesar de que brindan algunos de los momentos más tensos de la película.

Ya en la parte final se trata de elevar el grado de intensidad mostrando muertes de manera regular y exponiendo la masacre, pero lo cierto es que todo se siente muy blando. Realmente no hay nada que genere impacto y eso, combinado con el aspecto sobrenatural, nunca permite poder involucrarte de lleno con el horror de dicho suceso; aunque el desenlace si es totalmente distinto al que esperaba gracias a una sorpresa bien guardada.

Las actuaciones no creo que sean tan malas considerando las carencias del guión; aunque sin duda Jane falla de manera importante en poder regalarnos a un líder de culto carismático. La producción no está mal: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score cumple, tiene poco trabajo de maquillaje y los efectos se basan completamente en CGI muy básico.

Opinión final: The Veil es una mala película. Solo la recomendaría para aquellos que disfrutan las historias sobre cultos, pero la verdad hay otras opciones mucho mejores para ver con dicho tema.  

Ojometro:
**

viernes, 22 de enero de 2016

Crítica: Intruders (2016)


Película escrita por la dupla T.J. Cimfel / David White, la cual significa el primer largometraje para el director Adam Schindler. Se estrenó directamente en VOD y plataformas digitales el pasado 15 de enero dentro de los Estados Unidos y se tiene planeada su salida en DVD para el próximo 1 de marzo.

Sinopsis:

Anna Rook (Beth Riesgraf) sufre de una agorafobia tan aguda que, incluso cuando tres ladrones entran a su casa para robar, ella no es capaz de salir huyendo. Esto la pone en serios predicamentos; sin embargo, lo que los ladrones no saben es que esa es la menos peligrosa de todas sus psicosis.



Comentarios generales:

Cuando tuve la oportunidad de ver el tráiler de Intruders durante el año pasado lo primero que se me vino a la mente fue que revelaba demasiados detalles y eso definitivamente perjudicaría a la película, lo cual al final de cuentas ocurrió. Acentuándose mucho más al ser parte de un subgénero como el de invasión de casas cuyo grado de originalidad en estas épocas no suele ser muy elevado y que sin el factor sorpresa suele generar trabajos poco emocionantes como este.

Los cierto es que Schindler durante el primer acto se dedica a seguir al pie de la letra cada regla conocida en este tipo de historias, regalándonos una introducción muy bien diseñada para dejar en claro que nuestra protagonista no es una persona común y que ciertamente existe algo mucho más siniestro detrás de la relación con su moribundo hermano para generar dudas. Lo cual se combina con el hecho de que no se toma mucho tiempo para iniciar las acciones del robo, proporcionando así un ritmo más dinámico del habitual que provoca una serie de interacciones bastante intensas que te demuestran el verdadero peligro que significan estos individuos al verse atrapados en una situación para la cual no estaban preparados.

Evidentemente lo interesante llega ya en el segundo acto cuando el juego cambia y ahora los cazadores son las presas, sobre todo porque el nivel de violencia aumenta de manera importante y porque resulta más que interesante el ver como son explotadas todas las sorpresas que guarda la casa. Igualmente, es a partir de aquí cuando uno en verdad empieza a sentir empatía por Anna, cuyas intenciones nunca son precisamente malas e incluso parecen entendibles; sin embargo, una vez que ella logra estar bajo control total de la situación la película decae de manera importante no solo gracias a la falta de sorpresa originada por el tráiler, sino porque además todo se vuelve tedioso y el director nunca puede volver a elevar los niveles de tensión por más que lo intenta.

El final tampoco es muy bueno. Si se te revelan los motivos por los cuales Anna está tan traumada, pero todo es por medio de largos diálogos que pretenden ponerla en una situación incómoda al recordar su pasado y así quebrarla; quitándole mucha fuerza a lo que uno esperaría fuera un desenlace, si bien no sangriento o espectacular, si uno mucho más impactante.

Las actuaciones no están nada mal, tanto Rory Culkin (Dan) como Jack Kesy (J.P.) y Martin Starr (Perry) resultan muy convincentes en sus respectivos roles; aunque definitivamente quien se lleva toda la atención es Riesgraf con su personaje de dos caras a la cual simplemente no puedes odiar. La producción no es nada del otro mundo: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte de la casa no está mal, cuenta con un muy buen score y trabajo de sonido; mientras que los efectos en general son discretos.

Opinión final: Intruders está ok. Tiene sus momentos, pero la falta de sorpresa e intensidad la afectan demasiado.

Ojometro:
***

martes, 19 de enero de 2016

Crítica: Porto dos Mortos (2015)


Producción brasileña que significa el primer largometraje para el director Davi de Oliveira Pinheiro, quien además es el escritor del guión. Estuvo presentándose en diversos festivales desde el 2010, pero no fue sino hasta el 2015 que tuvo un estreno (bajo el nombre de Beyond the Grave) en plataformas digitales dentro de los Estados Unidos.

Sinopsis:

En un devastado mundo post-apocalíptico donde las reglas de la realidad son transformadas por la magia y la locura, un vengativo oficial de policía se encuentra en la búsqueda de un poseído asesino serial que desatará una batalla entre el dudoso bien contra el mal.



Comentarios generales:

La verdad no tengo mucho conocimiento sobre como sea el panorama del cine de terror brasileño en la actualidad, pero siempre es interesante checar propuestas diferentes. Por ello cuando se dio la oportunidad de poder ver Porto dos Mortos no dude ni un segundo, especialmente porque en años recientes el género está mostrando un avance interesante en Latinoamérica y, aunque este trabajo no es el mejor exponente, definitivamente te muestra que se está yendo por el camino adecuado.

En este caso lo que nos trae Oliveira Pinheiro es una película con una historia ciertamente ambiciosa dentro de un mundo post-apocalíptico, el cual se encuentra plagado de zombies y otra clase de fuerzas mucho más complejas de entender. Panorama con el cual la película fluye de manera agradable durante el primer acto gracias a las locaciones utilizadas que le añaden un gran atractivo visual y al nacimiento de una “alianza” entre tres individuos con un objetivo similar que en pocos minutos logran desarrollar la química necesaria para que te genere interés su venganza, así como unas pequeñas dosis de humor que rompen con la seriedad absoluta manejada.

El problema llega cuando uno se da cuenta que lo que ocurre en pantalla no te lleva a ningún lado y la cantidad de preguntas que se ponen sobre la mesa empiezan a quedarse sin respuesta. Tenemos varios personajes de los cuales no se sabe prácticamente nada (¿Cómo se conocieron los jóvenes que se unen al viaje del policía?, ¿A quien están buscando?, ¿Quién es el padre del hijo de la chica embarazada?, ¿Acaso es alguno de los dos hombres con los que convive?) y un conflicto central del que tampoco te explican demasiado (¿Por qué el asesino tiene poderes?); generando así un vacío tremendo y mucha confusión.

A esto hay que añadirle que los zombies solo están de puro adorno y salvo por unos cincos minutos no tienen ningún tipo de peso en la historia. Igualmente, el ritmo implementado no ayuda demasiado debido a que a partir de la media hora todo se siente pesado; incluso aquellas escenas que, en teoría, deberían de contener un poco más de dinamismo.

La parte final es sin duda lo mejor de la película. La construcción del enfrentamiento definitivo entre el policía y el asesino está bastante bien cuidada, lo cual provoca que cuando esta se encuentra en desarrollo la verdad se sienta como en una escala distinta a lo previamente visto; además de que aquí es donde se adopta un ritmo ligeramente más ágil.

Las actuaciones son aceptables, la verdad ningún actor desentona y cumplen sus roles a la perfección; sin embargo, la falta de sustancia mencionada termina por convertir sus personajes en unos poco interesantes. La producción es de buen nivel a pesar de que claramente tuvo un presupuesto muy discreto: el trabajo de fotografía me pareció estupendo, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido tiene alguno que otro descuido (hay ciertos diálogos que casi no se escuchan), los efectos prácticos cumplen y la cuestión del maquillaje es sólida cuando se muestran cosas con mayor grado de detalle.

Opinión final: Porto dos Mortos está aceptable. Resulta frustrante en varios aspectos, pero después de 90 minutos te quedas con la sensación de que viste algo interesante.

Ojometro:
***

domingo, 17 de enero de 2016

Crítica: Summer Camp (2016)


Película dirigida por Alberto Marini, quien además es co-escritor del guión junto a Danielle Schleif. Se estrenó en cines apenas el pasado fin de semana dentro de México y su estreno en España se dará en febrero, aunque no se sabe cuándo va a llegar a otros mercados.

Sinopsis:

Cuatro jóvenes estadounidenses se ofrecen para ser monitores en un campamento de verano en Europa y así vivir una experiencia inolvidable. Sin embargo, una noche antes de que lleguen los niños, un extraño virus que provoca furia extrema azota la hacienda donde se encuentran; convirtiendo en una auténtica pesadilla su estancia y obligándolos a hacer cosas que normalmente no harían para mantenerse con vida.



Comentarios generales:

Cuando lees o escuchas que este trabajo es una colaboración entre los creadores de REC y The Conjuring es prácticamente imposible no emocionarte considerando lo que esos dos trabajos han significado para el género en los últimos diez años. Sin duda es una carta presentación muy impresionante, pero a la vez se trata de un peso bastante fuerte que cargar y para nuestra fortuna Summer Camp logra solventar dicha carga por medio de una dosis de originalidad que ha hecho un tanto complicado el escribir esta crítica al estar tratando de evitar spoilers.

Inicialmente todo luce sumamente familiar al presentar unos 15 minutos dedicados a la introducción de personajes que siguen los típicos estereotipos conocidos, cayendo ligeramente en un humor un tanto inocente que realmente no afecta en lo más mínimo gracias a que Marini no tarda demasiado para pisar el acelerador. Ya que una vez que se da el primer caso de infección (como a los 20 minutos) la película toma un ritmo brutal que no dejará que el espectador pueda despegar los ojos de la pantalla ante las situaciones presentadas. La mayoría diseñadas no solo para añadir impacto inmediato por medio de una amenaza mucho más inteligente que el promedio, sino también con ciertos toques cómicos muy bien pensados que permiten relajarte un poco y disfrutar mucho más la experiencia.

Sin embargo, lo mejor llega en el segundo acto con un giro que le brinda frescura a todo esto; uno que no recuerdo haber visto en alguna otra película a pesar de su relativa sencillez y el cual sin duda cambia por completo la dinámica de la historia al sustentarla en el tema de la confianza más que en el tratar de descubrir los origines del virus o cómo curarlo. Igualmente, este detalle le da mucho más sentido a la decisión de tener solo un puñado de personajes debido a que ahora estos juegan un rol completamente distinto al que esperabas en un inicio.

Cada decisión que toman tiene efectos para el desarrollo y el director obtiene un poco más de libertad al momento de construir sustos que, en la mayoría de los casos, muestran que cuenta con un perfecto sentido del timing.

La parte final es caótica y cuenta con un nivel de intensidad elevado, así como con las dosis de sangre necesarias para satisfacer a los fans. Las sorpresas se siguen dando y justo cuando piensas que ya todo está definido se presenta un momento de impacto brutal que define perfectamente la idea de “hacer cualquier cosa para sobrevivir”; además cuenta con un desenlace que, si bien siempre es una posibilidad, nunca te esperas que se vaya a dar.

Las actuaciones son sorprendentemente sólidas: Diego Boneta, Jocelin Donahue y Maiara Walsh se ven a obligados a realizar dos tipos distintos de roles que no solo les exigen en el aspecto emocional, sino también en el físico; cumpliendo de buena manera con ambos. La producción es de destacar: tiene un trabajo de fotografía muy bueno (sobre todo las partes nocturnas en el bosque), la dirección de arte es sencilla, el score cumple, el trabajo de sonido es brutal y la cuestión de efectos/maquillaje está bien cuidada para dejar siempre en claro que se trata de una película sobre infectados y no de zombies.

Opinión final: Summer Camp es muy entretenida. Difícilmente la catalogaría como un clásico, pero cuenta con una idea fresca y mucha acción que definitivamente harán que más de uno la disfrute. 

Ojometro:
****