jueves, 24 de mayo de 2018

Crítica: Party Bus to Hell (2018)


Película dirigida por Rolfe Kanefsky (Nightmare Man), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Michael y Sonny Mahal. Se estrenó directamente en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 13 de abril, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Cuando un autobús plagado de sexys jóvenes adultos se descompone en medio del desierto una masacre da inicio al ser víctimas de un culto satánico. Los sobrevivientes son pocos y se encierran en el vehículo, pero pronto se darán cuenta que uno de ellos no es lo que aparenta.



Comentarios generales:

Después de ver el trailer no era muy complicado saber qué era lo que me esperaba con Party Bus to Hell, así que mis expectativas se encontraban en los niveles más bajos posibles. En realidad lo que me generaba más curiosidad era saber las razones por las cuales actrices de cierto renombre habían aceptado aparecer en un trabajo como este, lo cual sin duda tuvo que ser un buen cheque debido que se trata más que nada de un capricho de alguien cuyo valor es prácticamente inexistente.

Y es que lo que nos trae Kanefsky es cine serie b del peor que puede haber, ese que es malo no tanto por sus limitantes de presupuesto, sino por el simple hecho de que su historia no genera el más mínimo grado de interés; incluso para los parámetros existentes dentro de esta clase de películas. Ya que en esencia es softporn con humor muy estúpido en el que la única meta es llegar a la escena de sexo lo más rápido posible mientras se presentan personajes extravagantes con disfraces de cualquier tipo y a Tara Reid corriendo por el desierto sin tener gran influencia en la trama.

En eso consiste todo lo que verán, no hay sustancia y la poca elaboración que existe es demasiado básica al girar en torno a aspectos satánicos vistos miles de veces, los cuales se terminan perdiendo ante la prisa por querer ofrecer más sexo y desnudos. Todo para llegar a un final sin gran chiste, aunque sí con un poco más de violencia que hacen de esta parte al menos algo entretenida.  

Las actuaciones son lo que uno se imagina: exageradas e incluso rayando en lo caricaturesco por los diálogos que se manejan. La producción es de presupuesto exageradamente limitado: el trabajo de fotografía es malo, el score es pasable, el trabajo de sonido tiene fallos, los efectos en su mayoría son de un CGI de pésima calidad y la labor de maquillaje es probablemente lo mejor.

Opinión final: Party Bus to Hell es espantosa. Uno de esos fallidos intentos de cine serie b que solo les hará perder su tiempo.

Ojometro:
*

lunes, 21 de mayo de 2018

Ash vs. Evil Dead: Tercera temporada



A finales del mes de abril concluyó la tercera temporada de Ash vs. Evil Dead y con esta, lamentablemente, la serie. Una notica en verdad triste considerando que era una de las mejores series del género en transmisión y en esta temporada las cosas pintaban sumamente interesantes con la temática central; sin embargo, la prácticamente nula publicidad que recibió por parte del canal Starz terminó por condenarla. Aunque esto no evitó que se fuera por todo lo alto.

En el tema de los ratings la serie simplemente nunca pudo levantar, siendo esta la razón principal de su cancelación. Teniendo un promedio de 172,000 espectadores (un descenso considerable de los 308,000 de la segunda temporada) y solo con un episodio logrando rebasar los 200,000.

Aquí me centraré en lo positivo y negativo de la temporada, ya que de lo contrario me extendería demasiado. Así que, si aún no la han visto o no la han visto completa, ES MOMENTO QUE DEJEN DE LEER PORQUE HABRÁ SPOILERS IMPORTANTES.

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LO POSITIVO

Ash y la paternidad


El atractivo principal de esta temporada era sin lugar a dudas el ver a Ash en su rol de padre debido a que era una faceta en la cual nunca no los imaginamos y vaya que fue algo divertido. Sobre todo porque, si bien siguió siendo el personaje extravagante de siempre, esto permitió presentar una evolución del personaje necesaria que claramente tenía más potencial por explotar.


Brandy Barr


La verdad es que introducir a Brandy era un arma de doble filo considerando la naturaleza misma de la serie, pero al final creo que se hizo una buena labor. Su integración a la dinámica principal se fue dando de manera lenta y gracias a eso se pudo construir una relación peculiar con Ash que poco a poco fue transformándola en alguien mucho más parecida a su padre.


Ash vs. Baby Ash 


El año pasado tuvimos a Ash peleando contra una marioneta y ahora le tocó pelear contra un bebé dentro de un cuerpo humano en lo que sin duda fue uno de los momentos más hilarantes y extraños de toda la serie. 


Kelly vs. Ruby 


Debo de decir que quedé un poco decepcionado con el rol de Kelly considerando que en algún punto parecía que podría tomar el lugar de Ash, pero aun así hubo tiempo para darle su momento destacado en su inevitable encuentro con Ruby. Era una pelea que se iba a dar si o si considerando los eventos previos en la serie y no defraudó, ya que fue uno de los momentos más violentos y sangrientos de la temporada; además de que tuvo un resultado que genuinamente fue muy impactante. 


Exploración dentro del Rift 


Una de las cosas más interesantes de la tercera temporada fue que finalmente pudimos ver un poco de lo que ocurría dentro del mundo de los muertos en un capitulo dedicado exclusivamente a este tema. Obvio fue apenas una pequeña probada, pero sirvió para entender un poco ciertos aspectos que habían quedado en el olvido y de paso ayudó a darle nuevamente algo de relevancia al personaje de Pablo.


La muerte definitiva de Ruby


Obviamente ya habíamos visto morir a Ruby anteriormente, pero considerando que durante estos tres años fue la principal antagonista de la serie y siempre la presentaron como alguien indestructible, el que la mataran de esa manera me agradó bastante.


Final a gran escala y… ¿emocional?


Según palabras del propio Bruce Campbell antes de que se anunciara la cancelación, el final de la temporada fue pensado desde un inicio como un posible cierre definitivo ante la total incertidumbre que se vivía por el futuro de la serie y eso sin duda terminó siendo benéfico.

Ya que el episodio final si se sintió como un evento importante dentro del universo de Evil Dead, con un enfrentamiento a gran escala cuyas consecuencias fueron significativas y, sorprendentemente, un nivel emocional un poco más elevado de lo que uno se hubiera imaginado considerando el tono de la serie.


Episodios imperdibles:

(1) Family
(3) Apparently Dead
(4) Unfinished Business
(5) Baby Proof
(7) Twist and Shout
(8) Rifting Apart
(9) Judgement Day
(10) The Mettle of Man



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LO NEGATIVO

Kaya 


La verdad lo único que me pareció negativo de esta temporada fue este personaje debido a que determinado momento parecía que Kaya sería una parte fundamental en el desarrollo de esta. Sin embargo, al final no aportó absolutamente nada y su muerte no significó gran cosa.


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Opinión final: Si bien no está a la altura de la segunda, la temporada final de Ash vs. Evil Dead fue otra gran experiencia para los fans al explorar cosas que nunca nos hubiéramos imaginado dentro de un universo de por si poco común. Manteniendo el toque de humor característico pero añadiendo el suficiente “drama” para que el balance siempre existiera y que Ash Williams pudiera irse de la pantalla chica bajo sus propios términos. 

jueves, 17 de mayo de 2018

Crítica: Tragedy Girls (2017)


Película dirigida por Tyler MacIntyre (Patchwork), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Chris Lee Hill y Justin Olson. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a finales del año pasado, mientras que su salida en VOD y formato físico se dio durante el mes de febrero.

Sinopsis:

Sadie (Brianna Hildebrand) y McKayla (Alexandra Shipp) son dos adolescentes obsesionadas por la muerte que utilizan sus redes sociales para mostrar terribles asesinatos que ellas mismas cometen dentro de su pequeño pueblo para poder convertirse en leyendas.



Comentarios generales:

Una de las películas que hicieron más ruido durante la segunda mitad del año pasado fue sin duda Tragedy Girls, su exitoso paso por festivales y los buenos comentarios de boca en boca hicieron que se formara un pequeño fenómeno a su alrededor que nadie se esperaba. Lo malo es que tuvo una distribución muy pobre que evitó que se pudiera ver fuera de los Estados Unidos y por eso mismo quedó un poco en olvido hasta que fue lanzada en otros formatos, lo cual es una pena porque definitivamente se trata de un trabajo distinto a lo acostumbrado que merece mayor exposición.

Esto porque lo que nos regala MacIntyre es una idea bastante original con la que critica de manera directa el efecto que tienen actualmente las redes sociales en los adolescentes (y seres humanos en general); donde cada vez se pierde más el respeto hacia las demás personas o el sentido común para poder obtener reconocimiento fácil. Todo por medio de un par de chicas con las cuales utiliza un humor negro enorme y que en base a diálogos hilarantes, así como escenas sangrientas muy divertidas, logra que desde el inicio uno se tope con una historia loca que fluye sin problemas.

Algo que es muy importante en una película como esta porque al contar con un ritmo tan ágil difícilmente se le da tiempo al espectador para que se ponga a analizar en exceso cada situación y ante las ocurrencias de nuestras protagonistas por conseguir fama eso nunca se puede dar durante al menos 45/50 minutos. Aunque después de este punto el tono se vuelve un poco más serio, no tanto como para arruinar las cosas, pero si para que se entre en un agujero en donde no sientes que ocurre demasiado al empezar a profundizar un poco más sobre la relación entre nuestras protagonistas en base a situaciones genéricas que carecen de los elementos previos que funcionaron tan bien.

Lo bueno es que para la parte final se retoma el rumbo sin mucha dificultad y, aunque el humor no vuelve a ser el mismo, el nivel de violencia si. Haciendo que el desenlace tenga la fuerza necesaria para resultar convincente, nada cursi y para dejar abierta la puerta para una posible secuela.

Con respecto a las actuaciones, este es el show total de Hildebrand y Shipp. Ambas están estupendas en sus roles, muestran una química increíble en pantalla que hace que estas situaciones tan peculiares se sientan naturales en todo momento e incluso llegues a tener cierta empatía hacia ellas a pesar de sus actos.

La producción no es precisamente la más grande, pero es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte cumple, el score es excelente, el trabajo de sonido no tiene fallos y tanto los efectos (varios prácticos) como la labor de maquillaje están bien cuidados.

Opinión final: Tragedy Girls es muy divertida. Una comedia “teen” bastante atrevida que les hará pasar un rato muy agradable.

Ojometro:
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lunes, 14 de mayo de 2018

Crítica: The Ritual (2018)


Adaptación de la novela del mismo nombre que está dirigida por David Bruckner (V/H/S, Southbound) y cuyo guión fue escrito por Joe Barton. Se estrenó directamente en Netflix dentro de los Estados Unidos durante el mes de febrero, mientras que en México lo hizo en cines el pasado 10 de mayo.

Sinopsis:

Un grupo de amigos se reúne para realizar un viaje por los bosques de Suecia para honrar la memoria de un amigo asesinado meses atrás, pero pronto se verán amenazados por una presencia que no los dejará escapar tan fácilmente.



Comentarios generales:

Cuando uno ve el trailer de The Ritual resulta muy complicado el poder emocionarse con esta debido a que luce como una película más de grupitos perdidos en el bosque, aunque sin el factor found footage. Todo luce muy genérico o demasiado familiar, pero si algo se aprende en esta vida es que las apariencias engañan y, aunque no estamos ante un trabajo que redefina dicha temática, sin duda estamos ante uno de los mejores de los últimos años.

Una labor nada sencilla si consideramos que esta clase de historias han abundado y porque los primeros minutos no son precisamente lo más originales que podamos encontrar, pero Bruckner tiene la capacidad necesaria para que esto rápidamente se quede en el olvido por medio de cosas simples como el entorno. Y es que este no es un bosque ordinario, sino que se trata de uno que visualmente provee una vista única de manera natural que ayuda a generar una atmósfera tétrica sin demasiado esfuerzo desde muy temprano para que poco a poco el espectador vaya sintiendo la misma angustia que los personajes.

Los cuales son otro de los aspectos simples por los que la película funciona tan bien al no ser el típico grupo de amigos estúpidos sin muchas cosas por ofrecer. Más bien se trata de un conjunto de personalidades diferentes que, a pesar de su amistad, siempre reflejan una tensión constante que ante el incremento de incertidumbre va causando estragos en muchos aspectos y eso hace que la locura que se viene se sienta mucho más efectiva.

Ya que una vez entrado al segundo acto las cosas se vuelven muy intensas dentro de una mezcla de paranoia, sonidos extraños y persecuciones en la oscuridad que hacen que el espectador no pueda relajarse en exceso; además de que se empiezan a introducir elementos de ocultismo que proporcionan un tono todavía más oscuro a las acciones. Unas que van adquiriendo un ritmo fluido con el pasar de los minutos y que, a diferencia de otros filmes, nunca se estancan en simples persecuciones en círculos que no llevan a nada.

La parte final es interesante, aunque no terminó de convencerme. Aquí es donde todo el tema del ocultismo tiene más peso y la integración de nuevas caras refresca las cosas; sin embargo, al ser revelada la amenaza se pierde el factor sorpresa y con ello cierta intriga por lo que pudiera llegar pasar. Aún así, el desenlace tiene fuerza y resulta efectivo.

Las actuaciones son buenas en general, cada actor cumple con su rol, pero sin duda Rafe Spall (Luke) y Sam Troughton (Dom) son quienes más destacan en la dinámica general. La producción es de nota alta: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte simple, el score es muy bueno, el trabajo de sonido impecable, los efectos son sólidos (salvo por alguno que otro detalle con el CGI) y la labor de maquillaje cumple para lo que se necesita.

Opinión final: The Ritual me gustó. Es una adaptación bastante sólida que seguramente estará en la discusión de las mejores películas de 2018.  

Ojometro:
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