viernes, 26 de junio de 2020

Crítica: You Should Have Left (2020)


Película escrita y dirigida por David Koepp (Stir of Echoes, Secret Window), la cual es una adaptación de la novela del mismo nombre. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 18 de junio, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Un banquero retirado, su joven esposa actriz y su pequeña hija van de vacaciones a una apartada y sumamente moderna casa en los campos de Gales en la que nada es lo que parece.



Comentarios generales:

Blumhouse se ha vuelto una fuerza tan dominante dentro del género de terror que incluso en medio de una pandemia ha podido capitalizar un proyecto que se vio afectado por las medidas de contención aplicadas dentro de los Estados Unidos. Ya que originalmente You Should Have Left se iba a estrenar en cines, pero ante las complicaciones se optó por estrenarla en otras plataformas que parecían un tanto extrañas para una película que aparentaba ser de un perfil mayor en los planes del estudio. Aunque al final esta decisión parece que fue la mejor que pudieron tomar.

Y es que lo que nos trae Koepp es un thriller psicológico bastante discreto cuyo atractivo depende en gran medida de las actuaciones de su reconocido elenco, ya que la historia como tal es mucho más predecible de lo que imaginas y uno bien puede descifrar durante los primeros 15 minutos detalles que serán muy importantes. Lo cual no luce como algo sumamente alentador, pero la verdad es que no es suficiente como para quitarte todo el interés en la película debido a que durante el primer acto se logra establecer una dinámica sólida de familia feliz que hace que sientas curiosidad por saber si al menos tenías razón con respecto a lo que descifraste.

Además a esto hay que agregarle que el estilo visual minimalista de la propia casa ayuda a la generación temprana de momentos desconcertantes con los que se empiezan a sembrar las dudas con respecto a lo que verdaderamente ocurre ahí. Esto porque igual puede ser una cuestión psicológica de Theo, la presencia de algún fantasma o simplemente el hecho de que la casa está embrujada.

Hasta ahí todo va bien, sin embargo, una vez que las cosas se empiezan a asentar la caída resulta evidente. Principalmente porque la construcción de los momentos diseñados para generar suspenso no es precisamente la mejor, aunque el mayor problema recae en el hecho de que, en el afán por querer elaborar en demasía situaciones no tan complejas, se empieza a caer en una repetitividad que poco a poco hace que el ritmo se vuelva cansino y con ello todo lo referente al misterio detrás de la casa vaya perdiendo fuerza.

Dejándonos así un último acto que es predecible, pero que al menos logra recomponer el rumbo por medio de un juego visual llamativo con los escenarios y, sobre todo, por darle rienda suelta a la fragilidad mental de Theo. Cuya problemática sin duda ayuda a que los minutos finales cuenten con un nivel de intensidad adecuado.

Como lo mencione anteriormente, las actuaciones son lo que sostiene a la película. Con un Kevin Bacon (Theo) que está realmente bien de principio a fin, mostrando un sutil pero constante descenso a la locura que te hace involucrarte de lleno con su personaje; mientras que Amanda Seyfried (Susanna) y en especial la pequeña Avery Tiiu Essex (Ella) realizan una buena labor de complemento.

La producción es de factura impecable: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte es sólida, el score cumple, el trabajo de sonido está bien cuidado, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es bastante simple.

Opinión final: You Should Have Left es aceptable. Un thriller con buenas actuaciones que jamás puede redondear su propuesta.

Ojometro:
***

viernes, 19 de junio de 2020

Crítica: Don’t Let Them In (2020)


Primer largometraje del director Mike Dunkin, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Daniel Aldron. Se estrenó en DVD y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 3 de marzo.

Sinopsis:

Después del asesinato de una joven 15 años atrás, un hombre reformado es liberado del manicomio para que viva en la antigua casa de su familia: un gran hotel abandonado. Tras esto, unos trabajadores sociales planean hacerle una visita de rutina para comprobar su estado, pero pronto se verán amenazados por unos desalmados enmascarados.



Comentarios generales:

La verdad es que cuando uno ve todo lo referente a Don’t Let Them In su primera reacción probablemente no sea la mejor debido a que tiene una pinta muy genérica, además de que su material promocional que la comparaba con “The Purge” o “You’re Next” parecía demasiado pretenciosa. Por eso es que mis expectativas no eran precisamente altas; de hecho, por un momento me pasó por la cabeza no verla, pero me alegra en cierto modo no haber tomado esa decisión.

Y no tanto porque lo que nos trae Dunkin sea algo revolucionario o eleve el nivel de un subgénero que está empezando a estancarse, sino más bien porque trata de hacer algo diferente sin importar que pueda caer en terrenos un tanto absurdos.

Aunque para llegar a eso también se debe de decir que el camino no es precisamente el más agradable debido a que la primera media hora en verdad resulta todo un reto. En parte porque no ocurren muchas cosas interesantes, pero sobre todo porque tenemos a un personaje como el de Karl que te bombardea con una serie de actitudes que retarán tu paciencia rápidamente gracias a lo infantiles que resultan y que contrastan en demasía con la atmósfera sombría y desoladora que se presenta.

Un problema que afortunadamente con el pasar los minutos se va corrigiendo o, por lo menos, volviéndose más tolerable. Ya que una vez que hacen acto de presencia los enmascarados el misterio sobre el que gira la historia poco a poco empieza a tomar tintes mucho más satánicos y las acciones encuentran un ritmo ágil que se complementa con un nivel de intensidad relativamente más elevado que ayuda a que el interés por saber qué es lo que hay detrás de todo esto no decaiga tan rápido. 

Lo cual lleva a un parte final que en términos generales cumple, a pesar de que la revelación principal no es tan complicada de descifrar considerando varias situaciones que te lo dan a entender durante todo el metraje. Presentando con ello una justificación adecuada para la presencia de los enmascarados y, además, logrando que el personaje de Karl tenga cierta evolución con respecto a sus acciones.

En las actuaciones el que más resalta es Aidan O'Neill (Karl), quien va de menos a más con su personaje; mientras que Michelle Luther (Jenna) y Scott Suter (David) hacen lo necesario para no ser opacados por su presencia tan llamativa. La producción tiene altibajos: el trabajo de fotografía no es el mejor, la dirección de arte cumple, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido por momentos tiene fallos y lo referente a efectos/maquillaje es bastante discreto.

Opinión final: Don’t Let Them In está ok. No es nada del otro mundo, pero por lo menos trata de agregar algo distinto al subgénero.

Ojometro:
***

martes, 16 de junio de 2020

Crítica: Savage Creatures (2020)


Película escrita y dirigida por Richard Lowry (President Evil). Se estrenó en DVD y VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de enero.

Sinopsis:

En la víspera del día del juicio final, unos caníbales secuestran a dos jóvenes que guardan un oscuro secreto: ambas son vampiros ancestrales. Un complicado inicio para lo que resultará ser una confrontación apocalíptica que incluye extraterrestres y zombies, donde las fuerzas del mal pelearán en una batalla por el dominio del planeta.
 


Comentarios generales:

El talento detrás y frente a la cámara indudablemente es el principal motor para hacer una buena película, eso no se discute; sin embargo, en muchas ocasiones el tener un presupuesto adecuado ayuda a ocultar distintas carencias cuando las cosas no salen de la mejor manera. Sobre todo si se trata de proyectos que dependen en gran medida de elementos fantasiosos como lo es Savage Creatures, el cual sin duda se hubiera beneficiado de por lo menos haber tenido una presentación más cuidada.

Y es que la idea difícilmente se puede decir que no es atractiva dado a que una historia que incluye caníbales, vampiros, zombies y extraterrestres debería de ofrecer algo por lo menos entretenido gracias a la extravagancia que todos estos personajes traen a la mesa. Para muchos incluso podría llegar a ser una combinación soñada, aunque lamentablemente solo se queda en una idea que pudo ser mejor.

Esto porque lo que nos presenta Lowry no solo resulta de una calidad bastante cuestionable con respecto a su factura, sino que además en ningún momento logra amalgamar de manera adecuada este conjunto de amenazas para que las acciones resulten entretenidas. Sobre todo durante un primer acto en el que la presencia de los caníbales es meramente anecdótica y se establece a los vampiros como los verdaderos protagonistas mientras de manera superficial se da a entender el inicio del supuesto juicio final.

El cual toma forma por medio de una transmisión de radio hilarante por lo mala que es, pero que sirve como el mayor conjunto de información para entender lo que está por venir. Ya que a partir de aquí todo pretende ser caótico sin realmente lograrlo gracias al ritmo tan pasivo con el que se desarrollan las acciones, además de que resulta evidente que la presencia de los zombies solo se debe a las limitantes del presupuesto debido a que sirven como un medio para realizar lo que no pueden hacer con los extraterrestres, que son dignos de la década de los 50s.

La parte final se puede decir que es la más decente y en gran medida se debe a que se empiezan a insertar explicaciones cada vez más ridículas que involucran aspectos religiosos. Dejando así todo puesto para que el cierre tenga un poco más de sangre y efectos prácticos con los que se te deja una conclusión más o menos definitiva del conflicto entre las amenazas.

Las actuaciones son muy malas, en verdad la mayoría resultan difíciles de digerir gracias a que caen en terrenos casi amateurs. La producción también es de factura muy pobre: el trabajo de fotografía deja que desear, la dirección de arte es muy básica, el score es tal vez lo más decente, el trabajo de sonido es mediocre, la labor de maquillaje no tiene mucha complejidad y los efectos son arcaicos.

Opinión final: Savage Creatures es mala. Una película con una buena idea que simplemente no pudieron ejecutarla de manera correcta.

Ojometro:
**

viernes, 12 de junio de 2020

Crítica: Bit (2020)


Película escrita y dirigida por Brad Michael Elmore (Boogeyman Pop). Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 24 de abril, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Una adolescente transgénero que se encuentra de vacaciones en Los Angeles pelea por sobrevivir después de encontrarse con cuatro vampiras feministas, quienes tratan de limpiar las calles de depredadores masculinos.



Comentarios generales:

Después de que se diera a conocer el trailer de Bit las reacciones de todo tipo no se hicieron esperar, sobre todo por los tiempos en los que vivimos y la naturaleza misma de la premisa que pareciera querer imponer un tema de la agenda global a toda costa. Lo cual no debería de ser tan divisivo pero así es la realidad y también es innegable que eso generaba cierto morbo a su alrededor que le brindó más exposición en tiempos de pandemia, aunque al final realmente tanta “polémica” no tenía mucha razón de ser.

Ya que a pesar de que lo traído por Michael Elmore si cuenta con un discurso feminista evidente, lo cierto es que se trata de una historia de vampiros hasta cierto punto simple en la que en un inicio se opta por dejar que las cosas fluyan de manera natural y no forzarlas para que la audiencia las capte a toda costa (nunca se te menciona de manera directa que Laurel es transgénero, por ejemplo). Un aspecto que ayuda a establecer las dudas existenciales de la protagonista, pero que también hace que el inicio se sienta algo lento y sin tanto peso para lo que está por venir.

Realmente es hasta que se entra al segundo acto cuando las acciones se vuelven más interesantes y mucho tiene que ver con el hecho de que se le da rienda suelta al tema de las vampiras, quienes siguen algunas reglas habituales de esta clase de películas y también añaden otras convenientes para el desarrollo. Jugando un tipo de rol de anti heroínas mientras a la vez se exponen peligros alternos que justifican la existencia del grupo como tal y con los cuales se presentan algunos de los pocos momentos sangrientos con los que cuenta. Además de que sirven como base para construir gran parte de la relación maestra/discípula entre los dos personajes más relevantes.

Siendo esto último algo bastante importante debido a que si en algo flaquea el filme es que el desarrollo de los personajes no es precisamente el mejor, la mayoría se sienten planos o simplemente de relleno, así que con esto se balancean un poco las cosas. En especial porque es la manera para añadir trasfondo a las acciones de Duke y comprender de mejor manera su tirada contra los hombres.

La parte final no está mal. Es predecible y el tema fraternal se siente un tanto forzado, pero logra ofrecer un poco más de intensidad y brindar una conclusión con más elementos inherentes al cine vampiros.

Las actuaciones no son nada del otro mundo, quienes más resaltan son Nicole Maines (Laurel) y Dianna Hopper (Duke) por el peso de sus personajes. Lo producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es simple, el score está ok, el trabajo de sonido cumple, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es sencilla.

Opinión final: Bit está entretenida. Película de vampiros un tanto diferente que por lo menos vale la pena checar una vez.

Ojometro:
***