sábado, 1 de octubre de 2016

Crítica: The Mind's Eye (2016)


Película escrita y dirigida por Joe Begos (Almost Human). Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado mes de agosto, mientras que su salida en formato físico está programada para el próximo 4 de octubre.

Sinopsis:

Zack Connors (Graham Skipper) y Rachel Meadows (Lauren Ashley Carter) nacieron con increíbles habilidades de telequinesis. Así que cuando su talento se hace público ambos son llevados con el doctor Michael Slovak (John Speredakos), quien supuestamente pretende ayudarlos a controlar sus poderes, pero en realidad lo que quiere es saber cómo obtenerlos.



Comentarios generales:

A pesar de que Strangers Things volvió a poner en boca de todos los homenajes al cine de décadas pasadas, lo cierto es que este es un fenómeno que se ha dado dentro del género de terror desde hace algunos años a la fecha y ya no es algo tan novedoso. Por ende, cada vez es más complicado para los cineastas poder sorprender con esta clase de trabajos, pero afortunadamente hay quienes siguen encontrando las maneras para hacerlo y The Mind's Eye es un claro ejemplo sobre cómo explotar la nostalgia (en este caso, de inicios de los 90s) sin demasiadas complicaciones.

Esto porque lo que nos regala Begos es probablemente una de las historias más absurdas que nos podemos encontrar, pero que desde el primer minuto deja en claro que no se toma muy en serio y cuyas únicas intenciones son las de entretener al espectador por medio de elementos llamativos que logren complementar una trama muy básica. Un aspecto que durante el primer acto puede que no sea tan palpable considerando que es en esta parte donde se pone un poco más de énfasis al desarrollo de los personajes y a los verdaderos motivos que hay detrás de la investigación, lo cual puede hacerlo un poco pesado, pero en cuestión de minutos deja eso de lado para iniciar un auténtico espectáculo visual que resulta muchísimo más violento de lo que uno se podría imaginar.

Y es que al llegar al segundo acto esto se convierte en una serie de peleas que están dominadas por expresiones sumamente graciosas por el uso de la telequinesis y, sobre todo, de muchísimos efectos prácticos.

En serio, si son fanáticos de cómo se hacían las películas de antes van a amar todo lo que ocurre a partir de aquí, lo cual básicamente es un enfrentamiento que se extiende por varios minutos, pero que gracias al trabajo de edición fluye de manera perfecta y cuyo buen uso del score, así como de los propios momentos de impacto, proporcionan un nivel de intensidad bastante elevado.

La parte final sigue con la misma línea, aunque a un nivel mucho mayor con la violencia. Los disparos aumentan, las explosiones de partes del cuerpo humano aumentan, las expresiones graciosas aumentan y eso añade un impacto visual impresionante que le dan a la pelea definitiva un toque de autenticidad importante, ya que en realidad su estructura no es muy distinta a las anteriores.

De las actuaciones se puede decir que todas cumplen su objetivo de ser completamente exageradas considerando los personajes a los que se les da vida, siendo Speredakos el que más da de que hablar como este doctor completamente obsesionado. La producción tiene un sello particular, pero resalta en ciertas cosas en específico: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte no tiene nada especial, el score es muy bueno, el trabajo de sonido es limpio, el maquillaje sólido y los efectos especiales son sin duda el principal atractivo. Ya que se tratan en un 95% de prácticos sumamente llamativos.

Opinión final: The Mind's Eye terminará gustando en mayor o menor medida dependiendo de qué tanta seriedad o desarrollo busquen. A mí me entretuvo y la recomiendo para pasar un buen rato.

Ojometro:
****

jueves, 29 de septiembre de 2016

Crítica: Cell (2016)


Adaptación de la novela del mismo nombre dirigida por Tod Williams (Paranormal Activity 2), cuyo guión fue co-escrito por Adam Alleca y el propio Stephen King. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 10 de junio, mientras que su salida en DVD se dio el 27 de septiembre.

Sinopsis:

Cuando una misteriosa señal de celular causa un caos apocalíptico, un artista de nombre Clay Riddel (John Cusack) se embarca en una travesía junto a un grupo de sobrevivientes para reunirse con su pequeño hijo en el área de Nueva Inglaterra.



Comentarios generales:

Cuando uno ve que en los créditos iniciales presentan el nombre de seis diferentes productoras, así como 19 diferentes nombres entre productores, productores ejecutivos y co-productores, se puede imaginar el caos que fue realizar esta adaptación. Y es que por lo general cuando hay tantos involucrados metiendo mano en una película las cosas no suelen terminar bien, diferentes maneras de pensar y de hacer las cosas son dinamita pura para cualquier producción; siendo el caso de Cell uno de los ejemplos más claros de esto debido a que se trata de un absoluto desastre.

Lo cual resulta sorpresivo porque, más allá de lo absurda que podría parecer su premisa, el comienzo que logra armar Williams es prometedor al generar un caos disfrutable que te hace recordar a algunos otros trabajos y establece de manera sólida una sensación de peligro muy fuerte que te provoca un interés genuino por saber qué diablos es lo que hay detrás. Sin embargo, todas estas buenas sensaciones se desvanecen en cuestión de minutos cuando empezamos a ver una historia, en esencia de zombies, donde la urgencia por sobrevivir de los personajes es casi nula y cada nuevo evento relevante se da porque si, sin demasiado desarrollo u explicación convincente para que se lleven a cabo.

Un problema que se acentúa mucho más al entrar al segundo acto, no solo por la pasividad con la que se realizan las acciones, sino también porque el trabajo de edición no facilita en absoluto las cosas. Realmente uno como espectador no sabe si esta historia se está desarrollando en cuestión de días, meses o años; de pronto los tipos de clima cambian y el conocimiento sobre la amenaza por parte de ciertos sobrevivientes es mucho más avanzada de lo que se esperaría, pero eso nunca parece importarle al director, quien sigue añadiendo situaciones un tanto absurdas que no clarifican nada de esto y cuya naturaleza random evita que uno pueda sentir un verdadero apego con los personajes principales durante su supuesta “brutal” travesía.

La parte final sufre ante la carencia de tensión, emoción y, bueno… lógica. Para este punto queda claro que una respuesta concreta sobre el origen del problema no se va a dar, solo te brindan ciertas pistas muy vagas para llegar rápidamente a un desenlace seco y anticlimático que lo único que logra es dejarte con el pensamiento de que todo lo que acabas de ver no tuvo ningún sentido.

De las actuaciones tampoco hay mucho que rescatar, ya que un ladrillo es más expresivo y reflejaría más emociones que Cusack, mientras que se nota que Samuel L. Jackson solo hizo la película por mero compromiso. La producción también es pobre: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte no tiene mucho chiste, el score resulta genérico, el trabajo de sonido es sumamente inconsistente, los efectos están atascados de CGI mal hecho y lo referente al maquillaje no presenta nada destacado.

Opinión final: Cell es espantosa. Sin duda una de las peores adaptaciones de una novela de Stephen King.

Ojometro:
*

lunes, 26 de septiembre de 2016

Crítica: El Cadáver de Anna Fritz (2016)


Película dirigida por Hèctor Hernández Vicens, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Isaac P. Creus. Se estrenó en cines a finales del año pasado dentro de España, mientras que a los Estados Unidos llego en VOD y formato físico durante el mes de marzo.

Sinopsis:

Anna Fritz (Alba Ribas) es una famosa actriz que acaba de fallecer y cuyo cuerpo se encuentra en la morgue. Gracias a esto tres jóvenes se proponen verla desnuda, pero ante su imponente belleza también deciden que quieren ser los últimos en tener sexo con ella.



Comentarios generales:

Cuando una película tiene como premisa la necrofilia es casi un hecho que recibirá un nivel de atención muy fuerte debido a que sigue siendo un tema sumamente controversial, incluso dentro del propio género de terror. En gran parte porque por lo regular se utiliza para crear puro morbo y así atraer miradas a trabajos huecos que pasarán al olvido en poco tiempo; sin embargo, en el caso de El Cadáver de Anna Fritz se puede notar que las intenciones de sus creadores iban un poco más allá de un simple espectáculo grotesco, aunque los resultados no sean precisamente los más espectaculares.

Realmente lo que nos regala Vicens es una mezcla entre thriller psicológico y drama que, de vez en cuando, utiliza algo de sangre para contar una historia cuyo principal enfoque en un inicio es lo que este grupo de amigos pretende hacer con el cadáver y así sacar a relucir las más profundas perversiones de los seres humanos, pero en realidad lo hacen de manera relativamente breve. Esto porque a partir de los 15/20 minutos la película obtiene otro rumbo, uno mucho más complejo que está cargado de cuestionamientos morales desencadenados por un suceso sorpresivo que le brinda un panorama completamente distinto al que cualquiera se hubiera podido imaginar.

El cual añade muchísimo en lo que se refiere al shock, pero que también termina por afectar un poco la cuestión del ritmo gracias a las limitantes que trae consigo y eso es un tanto contraproducente para un filme que con trabajos pasa los 60 minutos de duración. De pronto toda la agilidad con la que transcurre la primera mitad se ve frenada por una serie de sucesos que se vuelven repetitivos y que no ayudan demasiado en la creación de un suspenso tan necesario; en especial cuando las acciones se trasladan fuera de la morgue. Momentos que, más allá de provocarte nerviosismo, solo te provocan desinterés ante lo vacíos que se sienten.

La parte final es un poco acelerada, pero es sin duda donde se generan las mejores dosis tensión. Especialmente porque es aquí donde se empieza a manejar de manera más seria el tema de las traiciones y eso provoca inmediatamente una dinámica diferente entre los personajes que vuelve el desenlace en uno con más fuerza de lo esperado.  

Sobre las actuaciones puedo decir que el elenco cumple bien con sus respectivos roles, siendo Cristian Valencia (Iván) el que termina por destacar un poco más gracias a que su personaje es el que cuenta con más desarrollo. La producción está bien cuidada: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es sobria, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son mínimos y el maquillaje solo es utilizado para ciertos detalles.

Opinión final: El Cadáver de Anna Fritz no está mal, pero nunca terminó por convencerme. Película más que nada para rentar o ver por simple curiosidad.

Ojometro:
***

jueves, 22 de septiembre de 2016

Crítica: Don't Breathe (2016)


Película dirigida por Fede Álvarez (Evil Dead), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Rodo Sayagues. Tuvo su estreno en cines a finales de agosto dentro de los Estados Unidos, mientras que a México llego el pasado 16 de septiembre. Recaudando hasta le fecha $108.2 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Con la esperanza de salir con una gran suma de dinero, un trío de ladrones irrumpe por la noche en la casa de un ciego. Todo indica que será el robo más fácil de sus vidas, sin embargo, la persona que eligieron no es tan indefensa como parece.



Comentarios generales:

Curiosamente hace un par de días escribí sobre el auge del subgénero de invasión de casas y no paso mucho tiempo para que pudiera ver otra película de este tipo, lo cual básicamente terminó por confirmar mi punto anterior. Aunque en esta ocasión el trabajo en cuestión era uno que si tenía considerado como un “must see” gracias a que la dupla que nos regaló uno de los mejores remakes de los últimos años se volvía a reunir y la verdad es que con Don't Breathe no desilusionan en lo absoluto.

Aunque en esta ocasión lo hacen dejando de lado las cantidades insanas de sangre para centrarse de manera mucho más concreta en el suspenso dentro de un espacio reducido que, más allá de ser una trampa mortal, también servirá como un lugar para realizar ciertos cuestionamientos sobre lo que es correcto, las malas decisiones que uno toma en la vida y cómo no todo es lo que parece. Esto basándose en una premisa realmente simple que no utiliza aspectos sobrenaturales y que no necesita demasiada explicación durante un primer acto que en cuestión de minutos coloca a estos ladrones en situaciones apremiantes sin siquiera haber comenzado su verdadera pesadilla, las cuales sirven para establecer de manera contundente el tono de lo que está por venir.

Y es que una vez que se da el conflicto directo entre todos los involucrados lo que nos encontramos es un espectáculo con unos niveles de tensión apabullantes y un ritmo caótico que simplemente no le dan un solo respiro al espectador. El cual se ve inmerso en una atmósfera donde la sensación de peligro es constante y que el director aprovecha para experimentar con unas escenas en total oscuridad que tienen muchísimo sentido dentro de esta dinámica y que ayudan a explicar de mejor manera como es que una persona ciega, la cual en el papel tiene todas las de perder, puede llegar a ser tan peligrosa.

Un aspecto que resulta muy importante debido a que la manera en la que este utiliza sus demás sentidos y aplica su conocimiento por nota del lugar es clave para que todo fluya a la perfección. Ya que uno de los puntos más fuertes del filme es cómo se utiliza cada rincón de esta casa para realizar diversas secuencias y, al proporcionarle estas ventajas/desventajas, cada una de ellas resulta efectiva gracias a que nunca se tiene la certeza sobre cómo se resolverán.

La parte final mantiene la intensidad a tope y cuando piensas que ya todo fue contado te sacan un perturbador secreto que le añade muchísima más complejidad al cuestionamiento sobre quién es el verdadero villano en esta situación plagada de decisiones erróneas. Además, ayuda a darle cierta pausa para no dejar huecos en la trama y poder generar intercambios de dominio en las acciones que, ya en el desenlace, te harán pensar sobre quien fue verdaderamente el que logró su objetivo.

Las actuaciones son buenas, con una Jane Levy nuevamente brillante en su rol de victima/final girl; aunque quien se lleva las palmas es Stephen Lang gracias a su actuación casi sin diálogos, la cual logra sacar adelante con básicamente pura presencia física dominante. La producción es impecable: el trabajo de fotografía es espectacular, la dirección de arte está muy bien cuidada, el score cumple, el trabajo de sonido es otro de los puntos fuertes, el maquillaje añade aspectos visuales necesarios y los efectos son discretos, pero bien hechos.

Opinión final: Don't Breathe es una película bastante buena y la confirmación de Álvarez como uno de los directores a seguir en los próximos años. Muy recomendable.  

Ojometro:
*****