martes, 17 de diciembre de 2024

Crítica: Spin the Bottle (2024)

Película dirigida por Gavin Wiesen y escrita por John Cregan. Se estrenó directamente en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 4 de octubre, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Un grupo de adolescentes en un pequeño pueblo de Texas liberan una fuerza mortal después de jugar un famoso juego en una vieja casa con un turbio pasado.


Comentarios generales:

Para este punto uno siempre debe de tener cuidado cuando una película enfoca mucho de su promoción en la aparición de un actor/actriz en especifico debido que nos encontramos en una época en la que los cameos glorificados predominan al ser una manera fácil de atraer miradas a proyectos que normalmente no las tendrían. Siendo este el caso de Spin the Bottle con Ali Larter, la cual sin duda era mejor que se hubiera quedado en la total oscuridad.   

Y es que lo traído por Wiesen es de lo peor que ha salido este año dado a que no solo es una historia llena de los clichés habituales, sino que realmente es por demás predecible desde el primer minuto hasta que termina. Poniéndonos frente a un protagonista con cero carisma que en cuestión de unos diez minutos se vuelve el objeto del deseo de todos los personajes femeninos y la envidia de los personajes masculinos, evidenciando así desde muy temprano la urgencia por parte del director de llevar a cabo el juego que pondrá a todos en peligro sin que se tenga al menos una base sólida para sentir algo por este grupo de personajes que simplemente existen y, tal vez, con el avanzar de las acciones podrían importarnos aunque sea un poco más.

Lo cual nunca sucede debido a que la manera en la que se van dando las muertes es muy desangelada y están demasiado espaciadas, llevándonos así por una serie de sucesos aburridísimos con mucho drama adolescente que no generan intriga sobre la historia ligada a la maldad que hay detrás. Simplemente todo es hueco y lo poco que está pensado para añadir algo de impacto está muy mal construido, haciendo que la experiencia sea agónica dado a que en ningún punto puedes notar un avance que tenga la suficiente consistencia como para que la problemática se sienta de una escala significativa.

Una situación que por lógica afecta a una parte final en la que por lo menos se nota cierto intento por proporcionar mayor intensidad; sin embargo, ante todos los problemas previos resulta imposible que pueda levantar y lo que ocurre te deja totalmente indiferente.  

Las actuaciones son malas en general, aunque el protagonista y su nula capacidad para transmitir algún tipo de emoción es quien se lleva toda la atención. Mientras que en el tema de la producción tampoco se tiene mucho que rescatar: el trabajo de fotografía es mediocre, la dirección de arte básica, el score es genérico, el trabajo de sonido está ok, los efectos son muy malos y la labor de maquillaje no aporta gran cosa.

Opinión final: Spin the Bottle es terrible. Evítenla a toda costa.

Ojometro:
*

viernes, 13 de diciembre de 2024

Crítica: Little Bites (2024)

Película escrita y dirigida por Spider One (Allegoria). Se estrenó directamente en VOD el pasado 4 de octubre dentro de los Estados Unidos, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En un desesperado intento por proteger a su hija de diez años, una joven viuda le permite a un aterrador monstruo vivir en su sótano y comérsela viva lentamente.


Comentarios generales:

En los últimos años ha surgido una fuerte creencia sobre que en el cine de terror no se sabe darle buenos cierres a las películas y eso termina arruinando conceptos interesantes que podrían haber hecho más ruido. Sin duda un pensamiento que puede dar mucho de que hablar, pero que tiene un sustento sólido detrás para no desestimarlo de inmediato y creo que Little Bites solo hace más que reafirmarlo. 

Ya que lo traído por Spider One es una historia que llama tu atención pero no sabe cómo justificar una premisa que en el papel es simple. Donde el mayor merito se da al inicio debido a que no se pierde tiempo tratando de ocultar la peculiar situación que vive nuestra protagonista (Mindy) y gracias a eso se logra generar una atmósfera oscura y depresiva que pueda solidificar la idea de que en verdad se encuentra bajo un estilo de vida miserable del que, aparentemente, no tiene ninguna oportunidad de librarse sin poner en riesgo a su hija.

Todo bajo un ritmo semi-lento que ayuda a magnificar su agonía y que la verdad en ningún momento vuelve pesado el visionado, aunque desafortunadamente la falta de acciones más concretas para cambiar la dinámica poco a poco va causando estragos. 

Y es que a pesar de que se trata de vender la idea de que Mindy está dispuesta a hacer cualquier cosa para ser libre, lo cierto es que no se toma ninguna clase de riesgo para que lo mostrado en pantalla tenga el impacto suficiente como para percibir que es una mala persona y eso provoca que casi todo lo intenso recaiga en sus interacciones con el demonio (Agyar). Las cuales se sustentan en el dialogo y pueden llegar a ser un tanto desesperantes dado a que carecen de información sobre lo que llevó al acuerdo entre ambos o sobre por qué este demonio es tan peligroso más allá de su apetito voraz.

Dejándonos así ante una parte final en la que llegamos prácticamente en blanco y con muchos huecos que se magnifican gracias a algunas decisiones tomadas por la protagonista. Obligando a que se tengan que recurrir a situaciones un tanto aceleradas que no benefician en lo absoluto a un cierre que en definitiva te toma por sorpresa, pero que en general no tiene demasiado sentido.   

En lo que se refiere a las actuaciones Krsy Fox (Mindy Vogel) lo hace bien y Jon Sklaroff como Agyar deja algunas cosas interesantes; sin embargo, no es el punto más fuerte de la película. Mientras que en producción se nota que hubo un presupuesto discreto: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte plana, el score resalta poco, el trabajo de sonido cumple, los efectos son simples y la labor de maquillaje es de buena calidad. 

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Little Bites es decepcionante. Otro de esos ejemplos en donde una buena idea no puede ser redondeada.

Ojometro:
**

martes, 10 de diciembre de 2024

Crítica: Stream (2024)

Película dirigida por Michael Leavy, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Steven Della Salla, Robert Privitera y Jason Leavy. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a finales de agosto, mientras que su salida en VOD se dio el pasado 15 de octubre.

Sinopsis:

El fin de semana de descanso de la familia Keenan se convierte en unas vacaciones para morir, ya que cuatro despiadados asesinos llevan a cabo un sádico juego en su hotel. En donde compiten para ver quién mata de la manera más creativa a todos los huéspedes.


Comentarios generales:

Cuando una película tiene dentro de su elenco nombres como el de Tim Curry, Jeffrey Combs, Danielle Harris, Bill Moseley, Tim Reid, Dee Wallace, Felissa Rose y el recién fallecido Tony Todd difícilmente va a pasar desapercibida, incluso si se trata de un proyecto relativamente pequeño. Es básicamente lo más cercano que los fans del cine de terror podrían tener de un crossover tipo Marvel con su MCU, pero lamentablemente Stream no sabe sacarle provecho a esto.

Lo cual es una pena porque lo presentado por Leavy tenía los ingredientes para ser algo entretenido a pesar de que su concepto como tal se encuentra un tanto desgastado, poniéndonos frente a una historia a la que le termina afectando el tener tantos guionistas involucrados dado a que sufre en todo momento para encontrar su identidad y eso conlleva a que el uso de los rostros conocidos sea solo un recurso exprés para desviar la atención. Sobre todo durante unos primeros 35/40 minutos en los que pasan pocas cosas interesantes al centrarse más que nada en un drama familiar que no deja bien posicionados a ninguno de sus miembros como personajes por los cuales sientas gran empatía, aunque por lo menos existen intentos por tratar de sacudir un poco el tedio con algunas muertes que dan una idea del grado de violencia que se debe de esperar.

Siendo precisamente una muerte sorpresiva la que sirve como punto de partida para brindar una mayor dinámica y empezar a ver situaciones intensas que ayuden a que establecer la peligrosidad de cada asesino, quienes a pesar de estar bajo una máscara y no decir ni una sola palabra muestran personalidades bien definidas que le dan su toque único a cada asesinato. Lo malo es que la manera en la que se construye todo alrededor del juego tiene poca intensidad y resulta en extremo predecible, ocasionando con esto que escenas pensadas para añadir impacto no tengan el nivel de efectividad deseado y poco a poco lo que se ve en pantalla termina volviéndose repetitivo.

Algo que sin duda buscan cambiar durante la parte final, donde le dan más exposición al personaje de Mr. Lockwood y eso hace que las cosas adquieran cierto grado de locura para hacer de estos minutos entretenidos. Dejándonos un desenlace que tiene buena intensidad, pero jamás se logra vender la idea sobre la aparente magnitud del juego y por lo consiguiente te quedas con una sensación de vació importante.

De las actuaciones realmente quien más resalta es Jeffrey Combs (Mr. Lockwood), cuyo personaje es el único que tiene un propósito claro en la historia más allá de un cameo glorificado y le sabe sacar el mayor jugo posible. Mientras que en producción es cumplidora: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es desangelada, el score no aporta mucho, el trabajo de sonido es sólido, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje resulta correcta.

* Cuenta con dos escenas durante los créditos

Opinión final: Stream es decepcionante. Película con muchos nombres llamativos, pero pobre ejecución.

Ojometro:
**

viernes, 6 de diciembre de 2024

Crítica: Azrael (2024)

Película dirigida por E.L. Katz (ABCs of Death 2) y escrita por Simon Barrett. Se estrenó de manera limitada en cines y en VOD dentro de los Estados Unidos a finales de septiembre, mientras que su salida en formato físico está programada para el próximo 21 de enero.

Sinopsis:

En un mundo en el que nadie puede hablar, una devota comunidad liderada por mujeres se encuentra cazando a una joven llamada Azrael (Samara Weaving). Quien escapó de su sacrificio para una antigua maldad en el bosque y que ahora peleará por mantenerse con vida.


Comentarios generales:

Hacer películas sin diálogos no es sencillo en la época actual dado a que el público está muy acostumbrado a que le expliquen absolutamente todo y ante la carencia de este elemento tan fundamental muchas veces no se sabe cómo reaccionar. Por ello es que Azrael resultaba una película interesante en muchos aspectos, aunque al final los propios riesgos que toma la terminan perjudicando más de lo que le ayudan.

Y es que con excepción de un breve texto en la introducción, lo presentado por Katz invita a que sea el propio espectador quien deduzca absolutamente todo por medio de algunas pistas muy sutiles a lo largo de los casi 85 minutos de metraje. Lo cual hace que la historia pueda ser confusa e inentendible para muchos, pero también es cierto que esta decisión y la carencia de diálogos llevan a que cada acción de nuestra protagonista sea interesante dado a que la inmersión que se logra es profunda; en especial con aquellas escenas que involucran amenazas de naturaleza salvaje que de inmediato añaden shock tanto por su comportamiento como por su apariencia.

Generando con esto una atmósfera tensa y un tono bastante oscuro que ayudan a darle algo de forma a este mundo apocalíptico en el que Azrael poco a poco va incrementando su instinto de supervivencia a base de situaciones que añaden distintos niveles de tensión. Aunque desafortunadamente también hay que decir que justo a partir del segundo acto se empiezan a notar ciertas incoherencias que vuelven tedioso el desarrollo y ante el poco contexto brindado para el resto de los personajes cada situación que los involucra no parece tener ningún propósito claro más que el de estar ahí porque sí y con la esperanza de que el espectador les proporcione una mayor lógica en su mente.

Dejándonos así ante una parte final que al menos desde el lado de la acción y del gore cumplen de manera satisfactoria. Sin embargo, las nulas respuestas brindadas hacen que el desenlace se quede más como una rareza y no como algo verdaderamente impactante.

En lo que respecta a las actuaciones nuevamente contamos con una Samara Weaving que domina a la perfección este tipo de personajes a los que les persiguen la violencia extrema e incluso sin decir una palabra se puede empatizar con ella. Aunque, por otra parte, el grupo de secundarios es bastante débil.

Y en cuanto a producción, tenemos una factura bien cuidada: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte cumple, el score es un gran complemento, el trabajo de sonido es estupendo, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje resulta efectiva a pesar de ser un tanto básica.

Opinión final: Azrael está ok. Película con decisiones polémicas que causará división, pero que vale la pena darle una oportunidad.

Ojometro:
***