jueves, 19 de septiembre de 2013

Crítica: Room 237 (2013)


Documental escrito y dirigido por Rodney Ascher. Desde el año pasado llevaba rondando en prácticamente todo festival que existe, pero no fue sino hasta el pasado 29 de marzo que se estrenó en salas de cine en los Estados Unidos, así como en VOD, iTunes y otras plataformas digitales. Su salida en formato físico se dará el próximo 24 de septiembre.

Sinopsis:

Un documental que explora las teorías (o locuras) de cinco personas sobre los secretos y diferentes significados que se encuentran detrás de la obra maestra de Stanley Kubrick: The Shining.



Comentarios generales:

Quiero aclarar que esta no es una película de terror en lo absoluto, pero al tratarse de un trabajo que habla sobre uno de los más grandes clásicos del género creo que era necesario hacerle una crítica.

Y bueno… ante la peculiar premisa yo llegaba con bastantes expectativas, sobre todo porque The Shining ya ha sido objeto de mucho análisis en el pasado y siempre es interesante ver los puntos de vista de otras personas, pero Room 237 es una ridiculez de proporciones inigualables. Llena de especulaciones que inclusive te parece complicado creer que personas adultas estén detrás de ellas debido a que los temas que quieren revelarnos parecen más dignos de niños echando a volar su imaginación y no de tipos que se desempeñan como historiadores, artistas o periodistas.

Aquí encontraremos que The Shining no trata sobre una historia de fantasmas, sino que nosotros los simples mortales simplemente no nos podemos dar cuenta que de lo que habla es de los genocidios de los nativos americanos o del holocausto, todo basándose en pruebas tan contundentes como una lata de polvo para hornear o una máquina de escribir alemana.

Aunque eso no es todo, estas son digamos las teorías más "coherentes", ya que por otra parte tenemos a una mujer que argumenta ver a un Minotauro en un póster de un esquiador o a un tipo que menciona que en la escena inicial se puede ver la cara de Kubrick en las nubes, para que de ahí saquen conjeturas por de más absurdas.

Por último debo de decir que también cuenta con algunas cosas interesantes como los mapas del hotel que te revelan la inconsistente arquitectura que se muestra en pantalla o algunos detalles de la película que probablemente no hayan notado. Pero aún así no es suficiente para quitar la sensación de que todo es totalmente hueco y producto de muchas locuras de un puñado de personas.

Al tratarse de un documental evidentemente no tiene actores en pantalla, vamos… ni siquiera muestran en cámara a los cinco individuos de las teorías. En producción realmente tiene poco: utilizan fragmentos de otras películas para darle más fluidez (aunque algunas realmente están fuera de lugar), tiene una buena edición y un score sumamente pegajoso; sin embargo, uno de sus grandes problemas es que no son capaces de señalar efectivamente quien habla sobre tal teoría y eso provoca que uno se pierda, en especial porque los hombres tienen voces muy parecidas.

Opinión final: Si son de aquellos que aman las teorías conspiratorias y todo eso, entonces Room 237 es para ustedes. De lo contrario, se aburrirán como no tienen idea.

Ojometro:
**