sábado, 14 de diciembre de 2013

Crítica: Come Out and Play (2013)


Producción mexicana dirigida por el polémico director enmascarado Makinov, la cual es una adaptación de la novela de Juan José Plans: El juego de los niños. Se estrenó en Estados Unidos a inicios de año, mientras que aquí en México llegó a las salas de cine el pasado 6 de septiembre; recaudando la modesta cantidad de 3.5 millones de pesos.

Sinopsis:

Beth (Vinessa Shaw) y Francis (Ebon Moss-Bachrach) son una joven pareja que está a punto de tener a su primer bebé, por lo cual deciden ir a pasar sus últimas vacaciones juntos en una remota isla antes de que se conviertan en padres. Todo parece normal hasta que notan que en la isla no hay adultos y pronto descubrirán el aterrador motivo de esto.



Comentarios generales:

Es importante señalar que esta no es la primera vez que se hace una adaptación de la novela de Plans, ya que en 1976 salió una película española llamada ¿Quién puede matar a un niño? (Island of the Damned en ingles) y por ello muchos están catalogándola como un remake más, pero al igual que Carrie, esta es una nueva adaptación de la novela y no de la anterior película. Dicho esto, la verdad es que es un proyecto interesante considerando que últimamente no suelen salir muchas producciones de terror mexicanas.

La historia no es precisamente la más original, pero lo que la convierte en algo digno de ver es la forma en la que Makinov se las ingenia por medio de su dirección y un estupendo trabajo de fotografía para hacerte tener en suspenso durante toda la película. De algún modo, sin importar las pequeñeces que estén haciendo los dos protagonistas, tú sientes que algo pasará en cualquier momento, que algo aterrador asecha y solo es cuestión de tiempo para que ocurra.

Gracias a esto el ritmo no es muy dinámico, inclusive diría que los primeros 30 minutos pueden resultar muy pesados para algunos, pero vale totalmente la espera porque a partir de ahí las cosas no paran y provocan un final con mucha fuerza e inclusive un tanto impactante, el cual además juega con ciertas cuestiones morales de los protagonistas de manera muy efectiva (que en realidad es el punto central de todo).

Algo que me fastidio un poco fue que nuevamente no se toca mucho el origen del comportamiento de los niños, ya que aunque no es algo que termine importando o afectando, si hubiera agregado un valor adicional en comparación a la anterior adaptación. Aunque, por otra parte, si disfruté mucho los guiños a The Birds; no son muchos, pero los identificas inmediatamente y sin duda son de los momentos más escalofriantes en pantalla.

En actuaciones quien se lleva todo el peso de la película es Ebon Moss-Bachrach: es un carrusel de emociones durante hora y media, además de que su fluido español es digno de resaltar. Aunque las verdaderas estrellas son los niños, quienes sin decir realmente nada lucen aterradores todo el tiempo.

En producción es el trabajo de fotografía lo que más destaca, es de muy alto nivel y logra prácticamente gran parte de los efectos más resaltables como mencione arriba. El score también es bueno, no tiene mucha complejidad pero es un buen complemento para lo que ocurre en pantalla. Mientras que los efectos y maquillaje son sorpresivamente muy detallados para un proyecto que a todas luces no contó con un gran presupuesto; además logran un contraste perfecto en una historia que se desarrolla prácticamente de día.

Opinión final: Sinceramente no esperaba mucho de Come Out and Play, pero al final me terminó gustando bastante y la recomiendo sin problemas. Pasarán un buen rato.

Ojometro:
****