viernes, 30 de agosto de 2024

Crítica: Handling the Undead (2024)

Película basada en la novela del mismo nombre, la cual está dirigida por Thea Hvistendahl; quien es co-escritora del guión junto a John Ajvide Lindqvist. Se estrenó en cines dentro de Noruega y Suecia a inicios de 2024, mientras que su salida en VOD y formato físico se dio el pasado 6 de agosto.

Sinopsis:

En un día caluroso en Oslo, lo muertos misteriosamente se levantan y tres familias se ven envueltas en un caos cuando sus seres queridos fallecidos regresan. ¿Quiénes son ellos y qué es lo que quieren?


Comentarios generales:

Tras el reconocimiento que obtuvo por Let the Right One In, casi todo lo que haga John Ajvide Lindqvist es motivo de interés para muchas personas y cuando se supo que habría una nueva adaptación de otra de sus novelas la expectativa se fue hacia las nubes. Simplemente muchos esperaban ver una nueva obra maestra como la película sueca de 2008 que sacudió al cine de vampiros o por lo menos algo muy sólido como “Border”; sin embargo, Handling the Undead se queda muy lejos de eso.

Y es que Hvistendahl nos trae una historia con la que se toma muchas libertades y reta la paciencia del espectador de manera extrema al apostar por una experiencia más contemplativa que se aleje de los convencionalismos del cine de zombies, utilizando pocos diálogos y generando una atmósfera depresiva muy pesada que complemente el duelo de las tres familias centrales. Lo cual en el papel se escucha interesante y ciertamente durante los primeros 15/20 minutos el grado de efectividad en lo que propone es elevado, pero conforme transcurre el tiempo empieza a ser evidente que la propuesta carece de ideas para profundizar lo que ocurre.

Algo que se puede notar de manera más marcada durante el segundo acto una vez que los muertos vuelven a la vida debido a que el centro de atención no es el caos que esto genera, sino la respuesta tan blanda por parte de los familiares al ver a sus seres queridos de vuelta. Situación que hace que poco a poco el ritmo se vaya volviendo muy complicado de digerir ante el nulo interés por parte de la directora de mostrar algo de mayor intensidad, esperando siempre a que sea el conflicto interno por parte de los personajes el que cargue con todo el peso sin importar la acumulación de preguntas sin respuesta que esto va dejando en el camino y que ante la falta de tiempo difícilmente se podrán responder.

Simplemente todo es una depresión constante que no va a ningún lado, aunque también hay que decir que para la parte final se muestra un ligero interés por al menos dejar en claro que, en efecto, esta es una película de zombies.

Ofreciéndonos así los momentos más potentes del filme para confirmar lo que uno supone desde el primer instante en el que los muertos vuelven a la vida, pero una vez más esa obsesión por querer sustentar todo en base a lo emocional pone el freno de mano y nos deja con un desenlace frio que carece de verdadero impacto y por lo consiguiente solo provoca indiferencia.

En lo que respecta a las actuaciones tenemos a un elenco que cumple su propósito, aunque dada la naturaleza misma de la película tampoco es que tengan mucha oportunidad para destacar demasiado. Mientras que en producción se tienen cosas interesantes: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte discreta, el score es muy bueno, el trabajo de sonido cumple, los efectos son simples y la labor de maquillaje está bien cuidada.

Opinión final: Handling the Undead está pasable. Película que requiere muchísima paciencia para poder conectar con lo que quiere contar.

Ojometro:
***

martes, 27 de agosto de 2024

Crítica: American Werewolf (2024)

Película escrita y dirigida por Rob Roy. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 28 de junio, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

El sheriff Sam Anderson (Russell Sage Patrick), quien está determinado a capturar a una salvaje criatura asesina dentro del tranquilo pueblo de Pinegrove, descubre algo impactante: puede que dicha criatura sea un hombre lobo y este se encuentra más cerca de lo que se imagina.


Comentarios generales:

A veces es complicado el poder entender cómo alguien invierte su dinero no tanto en producir una película, sino en distribuirla. Ya que al final de cuentas para llegar a esto uno tiene que ver el producto final en algún punto y honestamente cualquier persona con cierto criterio se puede dar cuenta que American Werewolf no es algo por lo que se le debería de cobrar a las personas por ver; de hecho, es algo a lo que difícilmente se le tendría que llamar película.

Ya que lo traído por Rob Roy es tan malo que ni siquiera me atrevería a compararlo con proyectos de estudiantes de cine, más bien lo haría con algunos videos de YouTube porque honestamente ese es el nivel que maneja. Lo cual se magnifica muchísimo más al tratarse de una historia sobre hombres lobo que por naturaleza necesita de ciertos valores de producción para ser funcional.

Y es que ni siquiera se trata de una cuestión de presupuesto (que es inexistente) sino que simplemente el director/creador no tiene mucha idea sobre cómo contarnos esto, esperando a que al insertar escena tras escena se genere cierto impulso y de ahí tratar de construir un misterio que en ningún momento el espectador puede tomar en serio ante la pobre calidad que lo rodea. Todo bajo un ritmo terrible que no ayuda en lo absoluto y una carencia total de emociones en lo que se supone es una situación apremiante, donde está en juego la vida de pobladores que van cayendo por medio de muertes pobremente elaboradas.

Aunque sin duda lo peor es el final, ya que en el afán de querer generar shock se recurre a una sorpresa que no tiene absolutamente ningún sentido y solo termina hundiendo mucho más lo que ya era un desastre total.

Las actuaciones son muy malas, la mayoría de los actores diría que son amateurs y el único que más o menos trata de hacer algo “profesional” es Russell Sage Patrick, pero sin buenos resultados. Mientras que en producción, tal como lo mencione antes, es peor que un proyecto de estudiante de cine: el trabajo de fotografía es terrible, la dirección de arte pobre, el score no tiene nada destacable, el trabajo de sonido es un desastre, los efectos parecen hechos con algún programa de Windows 98 y la labor de maquillaje es muy mala.

Opinión final: American Werewolf es atroz. De lo peor que he visto en mi vida y probablemente la peor película de la cual he escrito desde que existe el blog.

Ojometro: Cero estrellas

 

viernes, 23 de agosto de 2024

Crítica: Alien: Romulus (2024)

Película dirigida por Fede Álvarez (Evil Dead, Don’t Breathe), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Rodo Sayagues. Se estrenó en cines tanto en los Estados Unidos como en México el pasado 15 y 16 de agosto, recaudando hasta la fecha $121.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.  

Sinopsis:

Mientras hurgan en los escombros de una estación espacial abandonada, Rain (Cailee Spaeny) y un grupo de jóvenes colonos espaciales se encuentra cara a cara con la forma de vida más aterradora de todo el universo.


Comentarios generales:

Si bien la franquicia de “Alien” no ha sido tan explotada como algunas otras, lo cierto es que el llegar a una séptima entrega complica a cualquiera que pretenda hacer algo con esta y más tras unos 2010s que no dejaron del todo satisfechos a muchos fans con las películas ofrecidas. Por ello es que Alien: Romulus tenía un gran peso a sus espaldas debido a que daba la impresión de que, si no salían bien las cosas, la franquicia corría el riesgo de ser congelada por tiempo indefinido (al menos en cines); sin embargo, tras lo visto es claro que eso no va a ocurrir.

Ya que lo traído por Fede Álvarez regresa a las bases de las primeras dos películas para ofrecernos una historia que se sienta familiar pero a la vez tenga un aire de modernidad como para no caer en lo anticuado. Centrándose nuevamente en un desarrollo dentro de una nave con la se pueda replicar la estética característica de la franquicia, apostar más por un ambiente de peligro constante y lograr generar un tono oscuro que logre potenciar la amenaza que representa el Xenomorfo en todas sus facetas para que no quede relegado a un plano secundario.

Algo por lo cual realmente las acciones avanzan con relativa rapidez desde la primera media hora y gracias a eso ciertas cuestiones personales entre los personajes no son fastidiosas, dándole así el espacio necesario a la amenaza central mientras poco a poco se nos van presentando conexiones con otras entregas. Logrando con esto un buen ritmo que con el pasar de los minutos solo se vuelve más dinámico conforme el Xenomorfo va haciendo acto de presencia, añadiendo momentos de impacto necesarios y también brindándonos cierta información sobre su comportamiento o evolución que no habían sido expuestos en pantalla anteriormente, tales como la forma de detectar a sus presas o cómo madura tan rápido tras salir de su huésped.

Llevándonos así a un segundo acto que, además de estar lleno de sutiles referencias, también presenta un importante dilema entre Rain y su “hermano” Andy que añade un toque emocional a las cosas. Ayudando con esto a que cada momento de riesgo pueda contar con un nivel de tensión adecuado ante las decisiones que tiene que tomar el propio Andy por el bien de la humanidad y con ello se nos muestren algunas de las mejores escenas de acción que dejan en manifiesto el impecable aspecto técnico del filme.

Hasta ahí todo es sobresaliente, sin embargo, con la parte final puede que tengamos lo más divisivo. No tanto porque sea mala, sino porque lo presentado puede considerarse demasiado extravagante y diseñado para satisfacer teorías de los fans; aunque en general creo que es entretenida por la fuerza que le imprime a los minutos finales y porque le da cierta claridad a lo que Ridley Scott puso sobre la mesa con “Prometheus”.

Con respecto a las actuaciones hay que decir que tenemos a un elenco sólido, no espectacular, pero si lo suficientemente competente para sobrellevar las cosas sin muchos problemas. Siendo Cailee Spaeny y David Jonsson (Andy) quienes más destacan por una peculiar relación de “hermanos” que en todo momento se ve puesta a prueba gracias a la naturaleza de ambos.   

Y en cuanto a la producción nos topamos con una factura de primerísimo nivel: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte impecable, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido es espectacular, los efectos son estupendos y la labor de maquillaje está bien cuidada.

Opinión final: Alien: Romulus me gustó bastante. Película que regresa a las bases de la franquicia para ofrecer un espectáculo de gran nivel.

Ojometro:
*****

viernes, 16 de agosto de 2024

Pretty Little Liars: Summer School

El pasado 20 de junio finalizó Pretty Little Liars: Summer School, la segunda temporada de este spin-off de terror que en 2022 dejó un buen sabor de boca a pesar de estar rodeado de muchas dudas al provenir de una franquicia que no está ligada al género y que para esta ocasión llegaba probablemente con un poco más de expectativas precisamente por el recibimiento positivo. Algo que se traducía en mayor presión por darle buena continuidad a la historia y que han sabido solventa, aunque tal vez no con tanta efectividad como hace un par de años atrás.

Sobre el tema de los ratings es difícil saber números concretos al tratarse de una serie transmitida por Max y no se sabe si será renovada para una tercera temporada, pero por lo que ocurrió en el episodio final y algunas declaraciones de sus creadores (Roberto Aguirre-Sacasa y Lindsay Calhoon Bring), no sería raro que sucediera esto.

Aquí me centraré en lo positivo y negativo de la temporada, ya que de lo contrario me extendería demasiado. Así que, si aún no la han visto o no la han visto completa, ES MOMENTO QUE DEJEN DE LEER PORQUE HABRÁ SPOILERS IMPORTANTES.

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LO POSITIVO

Los traumas de Imogen

Probablemente el punto más fuerte de Summer School fue la forma en la que manejaron a Imogen, ya que al darle seguimiento a los traumas provocados por todas las horribles experiencias que vivió se logra convertirla en un personaje mucho más interesante. No solo por la vulnerabilidad mental ante los ataques/amenazas que involucran a Bloody Rose, sino por las situaciones comunes que la hacen explotar y que van forjándole un carácter mucho más fuerte.


Buen manejo del misterio detrás Bloody Rose 

Si algo ha tenido la serie durante estas dos temporadas es que han sabido ocultar de manera efectiva la identidad de sus asesinos y aunque en Summer School descifrar el misterio es más sencillo, lo cierto es que logran tenerte con dudas la mayor parte del tiempo. Logrando así que sea complicado que pienses abandonarla por la simple curiosidad que te genera lo que ocurre.


Continuidad inmediata

Fue una agradable sorpresa ver que la segunda temporada literalmente arranca justo donde se quedó Original Sin, lo cual vuelve muy sencillo el poder involucrarte de lleno nuevamente con la historia y los personajes. Además de que esto ayuda a que la aparición de una nueva amenaza no se sienta forzada y pueda tener una conexión lo suficientemente sólida con “A”.


 Episodios imperdibles:

(1) Chapter Eleven: Spookyspaghetti.com
(3) Chapter Thirteen: Sweet Sixteen
(6) Chapter Sixteen: Hell House
(8) Chapter Eighteen: Final Exam


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LO NEGATIVO

Pocas muertes… otra vez 

Un problema que se tuvo en la primera temporada y que desafortunadamente se volvió a presentar en esta segunda fueron las pocas muertes en pantalla, algo que sin duda termina afectando debido a que estamos hablando de una serie slasher.

Lo peor es que en esta ocasión ni siquiera existió una verdaderamente significativa provocada por Bloody Rose y solo se limitaron a matar personajes de poca importancia o vil relleno. 


La iglesia/culto 

En los primeros episodios parecía que la subtrama de Kelly con esta iglesia/culto tendría mucha importancia; sin embargo, conforme pasaban los episodios se fue perdiendo y en realidad terminó quedándose más que nada como una ridiculez cuyo principal propósito fue ser la vía para mandar un mensaje de tolerancia que no estuvo mal, pero definitivamente no era lo que se esperaba.

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Opinión final: Summer School es cumplidora. Una segunda temporada que solidifica la existencia de la serie sin demasiados cambios y con una idea clara sobre cómo quieren contar su historia, a pesar de que por momentos se puede caer en cosas absurdas o de corte muy adolescente que pueden fastidiar a más de uno. 

martes, 13 de agosto de 2024

Crítica: Deadly Invitations (2024)

Película dirigida por Monika Mitchell, cuyo guión fue co-escrito por Miriam Lyapin y Helen Marsh. Se estrenó directamente en Tubi el pasado 9 de mayo, aunque no se sabe si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Una joven influencer se cruza con una invitación a una fiesta VIP que no era para ella y cae dentro del lado más oscuro de la industria, donde vale la pena matar para guardar los secretos. 


Comentarios generales:

Independientemente de la calidad de estas, lo cierto es que las películas de Tubi son una de las válvulas de escape para algún día que no pueda ver otra de mayor perfil por diversas circunstancias. Simplemente hay muchas opciones y eso es positivo, aunque también es verdad que lo más probable es que te encuentres con algo que apenas cumple con lo mínimo indispensable para considerarlo mirable y ese es el caso de Deadly Invitations.

Un thriller con el cual Mitchell no se rompe la cabeza y solo se limita a llevarlo de la manera más limpia posible debido a que en ningún momento se tienen intenciones de hacer algo que pueda trascender más allá del servicio de streaming gratuito. Poniéndonos frente a una historia cuyas intenciones son mostrarnos el lado oscuro del mundo del entretenimiento por medio de un misterio endeble cuyo sustento es una adolescente rebelde poco carismática, quien nos lleva a determinadas situaciones que no presentan nada interesante y solo tratan de añadir la cantidad de contenido suficiente como para que la primera mitad de la película no se sienta una total pérdida de tiempo.

Una tónica que se mantiene para la segunda mitad, aunque aquí tratan de elevar un poquito la apuesta al incrementar la sensación de peligro que viven tanto ella como su madre, lo cual ayuda a que por lo menos la amenaza resulte más sólida. Lo malo es que esto no se aprovecha de la mejor manera debido a que para este punto ya es muy obvio quién es el asesino y por lo consiguiente todo lo que ocurre se vuelve predecible, provocando así que cada nueva escena que lo involucre se sienta sin relevancia y gracias a eso la experiencia en general resulte increíblemente aburrida ante lo cansino del ritmo que se origina de forma natural.  

Algo de lo que probablemente se dieron cuenta dentro de la sala de edición porque para la parte final aceleran las acciones con la esperanza de ofrecer un desenlace ágil. Sin embargo, la manera en la que construyen lo que se supone es la situación más tensa de todas es terrible y lo que debería de ser un cierre caótico se queda como uno carente de emoción.

Las actuaciones son bastante pobres y probablemente lo único que más o menos sorprende es la presencia de Natalie Brown (Alex). Mientras que en producción tenemos lo esperado de las producciones de Tubi: el trabajo de fotografía es aceptable, la dirección de arte muy básica, score genérico, el trabajo de sonido cumple y todo lo relacionado a efectos/maquillaje es ínfimo.

Opinión final: Deadly Invitations es mediocre. De esas películas desechables de la que no te acordarás en un par de días.

Ojometro:
**

viernes, 9 de agosto de 2024

Crítica: The Exorcism (2024)

Película dirigida por Joshua John Miller, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a M.A. Fortin. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a mediados de junio, mientras que en México hizo lo propio el pasado 1 de agosto; recaudando hasta la fecha $7.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Anthony Miller (Russell Crowe) es un actor con problemas que empieza a mostrar un comportamiento errático mientras se encuentra filmando una película de terror. Haciendo que su hija adolescente empiece a cuestionarse sobre si está recayendo en sus viejas adicciones o si hay algo más siniestro involucrado. 


Comentarios generales:

Creo que nadie se hubiera imaginado que un actor del calibre de Russell Crowe iba a tener durante su carrera una etapa de películas sobre exorcismos, mucho menos que una de esas películas estaría de algún modo ligada a “The Exorcist”. Y es que más allá de la presencia del actor australiano también contamos con un director cuyo padre es Jason Miller, actor quien le diera vida al personaje del Padre Karras y que indudablemente con The Exorcism pretende contarnos algo más introspectivo e íntimo que una simple película sobre posesiones.

Ya que lo traído por Joshua John Miller es una historia que en términos generales propone un análisis de la relación de Anthony con su hija Lee mientras tiene que interpretar a un sacerdote en un remake que claramente es The Exorcist, pero que por cuestiones legales aquí se le llama "The Georgetown Project”. Dejando en manifiesto el toque personal que durante el primer acto puede que no sea el más atractivo, aunque no tanto por lo que presenta, sino porque el ritmo que se utiliza para desarrollar este aspecto no es el más dinámico y además provoca que todo lo referente a la posesión quede un tanto relegado a situaciones poco atractivas.

Algo que cambia conforme se empieza a obtener un tono más oscuro y depresivo por medio del comportamiento errático de Anthony, el cual de manera un tanto endeble se trata de vender como una recaída pero sin que tenga que pasar demasiado tiempo para que resulte obvio sobre lo que verdaderamente es. Llevando a algunos jump scares efectivos y también a la construcción de ciertas escenas que añaden fuerza gracias a lo amenazante que puede llegar a ser el poseído; sin embargo, también se puede notar que durante este punto la película empieza a brincar entre secuencias que no se sienten del todo bien conectadas y poco a poco muchas cosas simplemente parecen no tener un propósito claro rumbo a la parte final.

Una que indudablemente es donde el director (o el estudio) optaron por hacer de esto algo más convencional y se meten de lleno a la posesión, así como al eventual exorcismo. Tratando de que exista la suficiente tensión para que este no sea aburrido ante la falta de elementos más espectaculares y de cierta manera logran su cometido, aunque sin evitar que el cierre te resulte poco relevante.

En cuanto a las actuaciones la verdad es que Russell Crowe lo hace bien para lo que le dan, él es quien mantiene el interés por la película y su posesión es efectiva. Mientras que en producción la factura no está mal: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score es bueno, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple su propósito.

Opinión final: The Exorcism está pasable. Película con un trasfondo más interesante que lo que se ve en pantalla.

Ojometro:
***

martes, 6 de agosto de 2024

Crítica: Late Night with the Devil (2024)

Película dirigida por Cameron y Colin Cairnes (Scare Campaign), quienes además son los responsables del guión. Se estrenó en cines y VOD dentro de los Estados Unidos a finales de marzo, mientras que en México hizo lo propio el pasado 1 de agosto; recaudando hasta la fecha $12.5 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

El 31 de octubre de 1977 Jack Delroy (David Dastmalchian) conduce su show nocturno “Night Owls”, aunque desesperado por elevar su nivel de audiencia está dispuesto a ofrecer un especial de Halloween como ningún otro. Sin embargo, lo que no sabe es que está a punto de liberar algo maligno en las pantallas de todo Estados Unidos.


Comentarios generales:

Me atrevería a decir que Late Night with the Devil estaba dentro de los top 5 de películas de terror más esperadas de 2024 de una cantidad importante de fans y eso la colocaba en una de esas posiciones incomodas en las que las grandes expectativas eran su mayor enemigo. Algo que ciertamente se podía entender gracias a que lucía como una propuesta fresca con muchísimo potencial y que afortunadamente no decepciona, incluso teniendo cosas que pueden no resultar tan convincentes.

Y es que lo traído por los hermanos Cairnes es un found footage que se sale por completo de lo que estamos acostumbrados a ver con este subgénero al presentarnos una historia que no recurre a la vista en primera persona y sabe perfectamente como transportar al espectador a los años 70s por medio de una impecable ambientación que no se oculta bajo escenarios llenos de oscuridad.

Teniendo como eje principal a un personaje ambiguo como Jack Delroy, cuya historia de vida desde un inicio planta de manera inteligente mucha información para que las sensaciones con respecto al show siempre sean un tanto incomodas y por lo mismo cada momento “cómico” cuente con cierta oscuridad detrás, logrando así que se tenga desconfianza en nuestro protagonista. Quien a pesar de esto también puede caer bien por la forma en la que se desempeña como conductor y eso termina ayudando a que desde el primer acto el ritmo sea agradable mientras se nos presentan segmentos cuya función es más que nada mostrar algo de la inocencia en este tipo de programas por aquella época antes de que inicie el caos.

Y es que una vez que aparece Lilly el tono cambia por completo al volverse uno mucho más oscuro, ya que su mera presencia (o más bien, su mirada) hacen que cada situación incremente la sensación de incomodidad; especialmente cuando el demonio entra en juego. Esto porque sus interacciones con el propio Jack siempre guardan algún tipo de misterio que gracias a lo peculiar de ambos personajes nunca se puede descifrar por completo y más cuando durante el segundo acto hay un personaje (Carmichael Haig) que en todo momento se interpone para que existan dudas convincentes sobre si lo que ocurre en verdad es algún tipo de fenómeno inexplicable o si solo se trata de otro truco más para que varios de los involucrados puedan sacar ventaja profesional a expensas de la niña, lo cual hace que se sienta una tensión increíble durante el desarrollo del show.

Hasta este punto todo es impecable y de una nota altísima, pero es con la parte final donde las cosas toman un rumbo no tan satisfactorio. Acelerando totalmente el ritmo, optando por unos efectos visuales que chocan con la estética general y, sobre todo, dejando un desenlace que puede resultar muy extraño porque apuesta a la interpretación que el propio espectador le pueda dar basándose en la información mostrada en la introducción, sin que se llegue algo realmente convincente.

Con respecto a las actuaciones hay que decir que David Dastmalchian está increíble, es probablemente la mejor actuación de su carrera al darle vida a un presentador carismático que al mismo tiempo guarda un lado más oscuro e incomodo impulsado por sus meras ambiciones personales. Además es bien complementado por secundarios geniales como Ian Bliss (Carmichael Haig), Rhys Auteri (Gus) y la perturbadora Ingrid Torelli (Lilly).

En cuanto a producción también tenemos una factura de gran nivel, salvo por un aspecto que puede ser polémico: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte fenomenal, el score es sólido, el trabajo de sonido limpio y la labor de maquillaje es efectiva. Sin embargo, es obvio que los efectos durante la parte final, ya fueran intencionales o no, se ven de baja calidad y desentonan por completo.  

Opinión final: Late Night with the Devil me gustó. Una propuesta fresca que por ciertas decisiones en su parte final no llega a lo más alto, pero que vale bastante la pena.

Ojometro:
****

viernes, 2 de agosto de 2024

Crítica: Pee Nak 4 (2024)

Producción tailandesa dirigida por Phontharis Chotkijsadarsopon. Se estrenó en cines dentro de Tailandia durante el mes de febrero, mientras que en varias partes del mundo hizo lo propio directamente en Netflix.

Sinopsis:

Tres amigos se encuentran investigando un antiguo templo localizado a las afueras de la ciudad. Sin embargo, este guarda una leyenda aterradora: cualquiera que desee ordenarse ahí como monje quedará maldito.


Comentarios generales:

En algún punto escuché sobre las películas de Pee Nak, pero la realidad es que nunca llamaron mi atención y las dejé pasar. Sin embargo, ante la facilidad de poder ver esta cuarta entrega gracias a Netflix decidí darle una oportunidad a la franquicia debido a que por algo sigue en pie, simplemente era un buen momento para hacerlo; aunque al final lo que aprendí es que es poco probable que vuelva a ver otra de sus entregas.

Ya que lo presentado por Chotkijsadarsopon es una comedia de terror que desde los primeros cinco minutos pondrá a prueba tu paciencia por el humor que maneja, el cual es demasiado simplón y no se acopla para nada con el drama que va adherido a la leyenda. Provocando con esto que básicamente se sienta como si estuvieras viendo dos películas distintas que se intercalan una a la otra y por lo mismo no es sencillo que las acciones puedan tener un ritmo fluido porque siempre existe un cambio brusco con respecto a la dinámica, haciendo que sea complicado el poder involucrarte de lleno con la historia del templo que se supone tiene un mayor peso.

La cual se te va contando de forma muy cortada y con poco tiempo para que la tragedia logre tener un factor emocional decente como para que se puedan construir momentos interesantes con algo de fuerza. Y lo peor es que los pocos que más o menos logran serlo se terminan perdiendo entre segmentos de comedia que no solo es que no aporten nada, sino es que además se vuelven cansinos ante la repetitividad que manejan.

Situación que hace de la transición del segundo acto a la parte final sea sumamente pesada, esto a pesar de que se empiezan a añadir elementos un poco más fantasiosos con el propósito de hacer del desenlace algo más espectacular. Aunque en realidad, si bien se puede decir que es lo mejorcito del filme, lo cierto es que este nunca logra alcanzar un nivel de intensidad necesaria como para dejar una sensación positiva a largo plazo.

Las actuaciones son muy malas, algunas rayando en lo ridículo justificándose en la comedia y las que tratan de ser más serias son extremadamente planas. Mientras que en producción las cosas no están tan mal: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es simple, el score genérico, el trabajo de sonido cumple, los efectos son de baja calidad y la labor de maquillaje resulta efectiva.

Opinión final: Pee Nak 4 es mala. Comedia de pobre calidad que tal vez solo sea apta para aquellos que tienen más conocimiento de la franquicia.

Ojometro:
**